Venganza ( Saga x Milo x Kanon) N-17
Si tan solo hubieras sido unicamente mío, las exclamaciones de gozo no se abrian convertido en gritos desesperados de inocentes rogando por sus vidas.
Mi respiracion se agita, mis ojos desenbocan secos dos riachuelos de agua salada que se queda impregnada en mi mejilla, mis manos se han teñido de rojo, mientras observo el cuerpo inerte frente de mi y al amor de mi vida aterrado, rogando por misericordia.
-¿porqué? - preguntas con un hilo de voz
- tu eras solo mío ... - me pongo de pie y siento como te arrastras hacia atrás - pero... tu piel tenia el sabor de otro, tus poros ya no segregaban solo tu aroma... tu cuerpo esta plagado de caricias que no son mias ... quisieron burlarse de mi... pues ahora la broma es para ustedes... - lagrimas emergen de lo mas recondito de mi ser y me acerco con aquel objeto brilloso en mis manos, cierro los ojos una vez mas y el placer me estrangula, por que sabes... me estoy divirtiendo, impulso mi brazo hacia adelante, mientras por alguna razón grito tu nombre.
.:. Pov .:.
Cuando él llego, mis delirios comenzaron, mis problemas... mi obsecion.
Siendo la persona mas cercana a mi, ¿como pudo traicionarme? ¡llevarse lo que mas queria en este mundo! ¡engañarme y resbalarse vilmente para probarlo!
¿Como pudo hacerlo? siendo el, mi unico hermano, pero... tampoco puedo culparlo solo a él... si me he divertido asfixiandolo, si me he excitado con su sangre caliente mientras escurre por mis manos, el tambien debería pagar.
.:.Fin Pov .:.
Estacion de policia en Mykonos.
Recargado en el respaldo de la silla con la vista perdida hacia la pared grisacea, mientras en su mente se repartian las imagenes de la pelicula tetrica que habia fomentado, levanto lentamente las manos para tratar de distinguir sus palmas, sin embargo, solo logro ver las manchas rojizas que ya se habian pigmentado a su piel, convirtiendose en color marrón, sus ojos se humedecieron de lagrimas, lagrimas de dolor, más no de culpa.
La puerta se abre y accede a la habitacion un joven de cabellos plateados acompañado de un oficial con un subfusil cargado, quien aguarda de pie frente a la puerta cerrada y el joven toma asiento frente al peliazul. Despues de unos minutos de silencio, mientras el peliplateado calma sus pensamientos y masajea con dos dedos su frente.
-Señor... Geminia ... Saga Geminia - se aventura a hablarle, mientras el peliazul mueve lentamente la mirada para posarla fieramente en el hombre que ahora le dirige la palabra, causandole un escalofrio.
- Podria decirme... ¿Qué sucedio? - coloca sobre la mesa un sobre y seguido sus codos para no perder el detalle de cada una de sus facciones. - puesto que no hay testigos de los hechos, solo me queda escuchar tu historia y creeme ... que me encantaria escucharla
El joven solto una pequeña risa fingida, su primer muestra de sonido desde que lo encontraron.
- ¿ Y si te miento? - pronuncio burlón mientras se removia para poder acomodarse mejor.
- las evidencias... pueden decirme a detalle lo que hiciste... pero quiero saber ¿porque? ¿que fue lo que te orillo a cometer tales actos?
-alguna vez has sentido la traicion ... el dolor de un corazon destrozado, ese sentimiento de odio que tortura tus pensamientos por el dia y llena de veneno tus sueños por la noche... - exhalo hondamente, mientras sus ojos se tornaban cristalinos, por lo que llevo la mano a su rostro, causando que el oficial retrocediera asustado, ante esa pequeña accion, levantando su arma.
-¿que sucedio Saga? - volvio a preguntar el peliplateado intrigado por aquellas accciones, el hombre frente a el aparentaba ser la victima en vez de un cruel asesino.
- no me di cuenta que... estaba besando una mentira, que me habia enamorado de una tragedia - levanto la mirada para observar al peliplateado con el rostro hundido en desesperacion y los ojos ahogados en tristeza
- Me case hace 8 años con el hombre que me habia cautivado, mi vida era perfecta, él llego para llevarselo... para arrebatarme todo para burlarse una vez mas de mi... pues ahora la broma fue para el ...
- ¿para quien Saga?
- para Kanon ... el bastardo que hacia pasar por mi hermano - el peliplateado anoto en su sobre el nombre mencionado, pues ya sabia la identidad de uno de los cuerpos.
- ¿Y el nombre de la otra persona Saga? - miro de reojo al joven que se desacia en recuerdos
-M.... - sollozo sin terminar el nombre, para apretar sus puños y su rostro se contorcionara por una mezcla de odio y dolor.
- Milo...- el detective anoto el nombre desencajado, para mirarle de nuevo invitandolo a seguir, el peliazul dio un respiro y mirando hacia la pared solto un sollozo
- hace 6 meses....
.:.Flash Back.:.
Recibi la llamada de Kanon, quien desesperado me dijo que habia sido despedido en el recorte de personal, que habia hipotecado y perdido su casa por las deudas y no sabia a quien mas recurrir, a pesar de las diferencias le tendi la mano, como debe de hacer la familia.
-¡hombre pasa! no te quedes en la puerta... - dos jovenes se abrazan y rien bajo el umbral de una puerta de caoba.
- dios... tienes una casa enorme... - exclamo, claramente el menor, quien accedia al interior conducido por el otro, observando con detalle cada adorno y terminado.
- Kanon el es... Milo - el menor devolvio la mirada a su hermano, topandose con la belleza de un hombre de cabellos rubios y ojos claros, no tenia el cuerpo perfecto, pero poseia un encanto divino, atonito solo pudo extender la mano sonriendo de manera suspicaz
- mucho gusto... - la voz del joven era sensual y atrapadora, quien correspondio la sonrisa de igualmanera
- el gusto es mio...
Se llevaron bien desde el principio, en lo que conseguia un empleo, era quien le ayudaba en todo, compras, reparaciones, consejos, se convirtio desde mi imbecil perspetiva en su mejor amigo e idiotamente me dio gusto por ambos. Ya no me sentia mal de dejarlo solo en casa, de tener que llegar tarde por la jornada, porque sabia que el estaria alli para protegerlo, jamás imagine que se convertiria en el enemigo, de quien deberia cuidarme.
- vamos Milin... no hemos estado mucho tiempo juntos ¿ te parece si salimos a cenar hoy? - el peliazul lo abraza, tomandolo de la cintura para estrecharlo junto a el, acariciando las hebras humedas de su cabello recien lavado y aspiraba el olor a violetas que siempre desprendia su cuello, sin embargo a su parecer, por un instante, aquel embriagador olor habia desaparecido.
- perdoname Saga, pero ya he quedado con Kanon, saldremos a comprar arreglos para el jardin, sabes cuanto empeño hemos puesto para remodelar esa vieja selva - rio apartandose de el, desaciendo el abrazo y caminar hacia el armario, para sacar su abrigo
- podemos ir juntos... dale un respiro tambien...
- el que necesita un respiro eres tu, el trabajo ha sido cansado esta semana ¿no? mejor descansa - camina de nuevo hacia el, tomando su cartera- anda que te sentiras mejor... - le acaricia la mejilla para darle un beso.
- te vere más tarde...
Sus salidas se hicieron constantes, al igual que su alejamiento, las peleas se presentaron a menudo y con el único que encontraba la manera de desahogarse era con él, la idea surgió en mi, cuando su piel se sentía diferente, estaba llena de caricias que no eran mías... ya no era solo su aroma... su compañía ya no era... ya no era conmigo. No quise aceptarlo, me negué lo juro, pero me envenene día con día solo, imaginando, todas las que podrían hacer mientras yo no estaba. Creí que todo volvería a la normalidad cuando Kanon consiguió un departamento, cuando abandono mi casa, creí que me había regresado mi tranquilidad, pero... me equivoque
- ¡Milo! necesitamos hablar... - el peliazul camina apresurado hacia la escalera, donde el se detiene para mirarlo enfurecido
- tú y yo, no tenemos nada que hablar... sabes... estoy harto de esto... ¡nunca estas en casa! ¡Nunca estas para mí! pero si puedes estar presente, para echarme en cara tus estúpidas alucinaciones...
-¿estás harto? a que te refieres...
- a que esto tiene que terminar Saga... lo nuestro ya no se dará para más...
-Milo... - camina bajando los escalones con cautela
- olvídalo... esto ya no tiene remedio... - el rubio termina de bajar las escaleras, para tomar su abrigo y abrir la puerta principal.
- en verdad que yo no quería nada de esto... - menciono serio, fingiendo dolor - vendré por mis cosas esta noche... - finalizo para salir azotando la puerta
-¡Milo! - el peliazul bajo, para correr hacia la puerta, sin embargo pudo apreciar como abordaba aquel Jetta negro, para arrancar con su igual.
Mi mente se quebró, todo rondaba en mi cabeza, encallando ideas inconclusas, se habían burlado de mi... habían encajado perfectamente a sus papeles, el esposo fiel y perfecto y el hermano protector que vela por tu felicidad, una obra incompleta que necesitaba terminarse, las mentiras que habían recorrido una vida de desilusiones, una traición que no puede ser perdonada. La furia y la decepción me consumieron en un instante, tenia... tenía que vengarme...
Analice todos los posibles hechos, quería aun creer que todo esto había sido mi culpa, que no serian capaces de destruirme de esa manera, que todo llevaba un cierto tiempo, que ... Kanon no tenía nada que ver... así que... comencé a beber... pero las respuestas se abrieron paso en mi cabeza, huiría de mi, para terminar su obra, para quedarse con él y el demonio poseyó mi alma, sin controlarme salí ... estaba tan enojado, tan ciego a todo, lo único que quería... era traspasarles mi dolor, intercambiar mi corazón roto... estaba tan sediento de su sufrimiento...
Y sin quererlo demasiado... los encontré... disfrutando de su ahora nueva libertad... mi propio hermano disfrutando de lo que antes era mío, deleitándose con sus labios, estrechándolo, para vivir el acongojable amorío que me fue arrebatado.
Ambos eran culpables de mi desdén, ahora necesitaban sentir el dolor en carne propia, pero arrepentirse no me satisfacería, por lo que me encamine hasta el departamento de Kanon, donde los espere pacientemente...
.:. Fin Flash Back:
- ¿qué hiciste después? - pregunto el detective, tratando de contener el aire, sabía que lo que se avecinaba sería tan atroz como las escenas fotografiadas que llegaron a sus manos, trataba de sostenerle la mirada al peliazul, pero sus ojos rehuían de la penetrante mirada de un desdichado enloquecido.
El peliazul guardo silencio, mientras su respiración se agitaba, describir aquellas escenas era tan difícil, pero hacerlas no le costó trabajo, se equivocaba - lo hizo con todo el pesar de su corazón.
Su parte de la habitación era tan obscura como su mente misma y no podía ser de otra manera, los recuerdos baleaban su mente, atravesándolo como filosas estacas que deshacían todo.
-¿Saga? - inquirió de nuevo, pero el mencionado se puso de pie, arrojando la mesa, haciendo caer al peliplateado, el oficial le apunto de inmediato
-¡espera! - grito el detective, para detener el fulminante final de su agresor
- pero... - menciono con miedo el oficial, mientras no bajaba su arma, sus manos temblaban, en todos sus años de trabajo, jamás había tratado con un demente como el que estaba ante sus pupilas.
- Saga... tranquilízate y dime que sucedió...
- ¡Son un par de mal nacidos!!!! ¡Se burlaron de mí! ¡Me volví loco por el y la perra desgraciada se arrastro hasta el!
-Saga... - le llamo con miedo, mientras se ponía de pie, para acercarse a él y sacar algo del bolsillo de su saco.
- El cuchillo se desliza bajo la punta de mi lengua... encuentro el placer de verlos retorcerse, me inclino para probar la gloria que gotea de su garganta... - el peliplateado se aproxima por detrás para en su descuido o quizás trance, clavarle la fina aguja en el cuello blanco del peliazul recibiendo un aullido de parte de este y un manoteo que lo empujo hasta la mesa, el oficial no pierde tiempo y trata de detener al enardecido hombre que se aproxima tambaleándose al detective, le tira al suelo para detener sus manos y esposarlo, aunque sus manos parecen incluso de papel.
- tranquilo... - le calma el peliplateado quien se incorpora y se acerca para ayudarle a levantarlo, mientras la mente del peliazul se cierra, perdiéndose en su divagación
-Milo....Milo - solloza y repite ciego ante sus palabras, para poco a poco desvanecerse, recordando en un instante su pecado.
Espere pacientemente por su llegada, mis manos están temblando, mis ojos escurren agonía liquida, escucho el eco en el pasillo, aquellos pasos firmes que se aproximan a su destino, las risas que no se contienen y los arrumacos que... aunque no los veo, los puedo sentir expidiéndose en el aire, basta con tomar un trago para calmarme, me he servido como si nada, del licor barato que reposaba en aquella mesa vieja, único adorno de ese departamento deplorable, de momento a otro la puerta se abrió. Me observan sorprendidos sin saber que decir
-Saga... - exclama sorprendido el gemelo menor, mientras cierra la puerta, observando de reojo al rubio, quien tiembla al ser descubierto.
-vaya... - se pone de pie el peliazul - ¿se han divertido? - comienza a caminar acechándolos, caminan ambos hasta el interior de la casa, por lo que Saga se dirige a la entrada, pero solo para bloquearla.
- será mejor que me vaya... - exclama el rubio, para tratar de encaminarse a la salida, pero es bloqueada por el peliazul, quien lo mira fulminante, lleno de odio.
- ¿por qué? si apenas la fiesta va a comenzar...
- Saga... tienes... tienes que escucharme - intenta sonar sereno, sin embargo esta temblando de miedo.
- ¡oh! ahora quieres relatarme lo que haces... quieres que escuche... tus historias de prostituta barata, ¿quieres relatarme cómo es que te revuelcas en la cama con mi hermano?
-Saga por Zeus... - el peliazul posa su mirada en ahora su enemigo
- tú eres el menos indicado para nombrarlo... - se acerca a él, él rubio retrocede quedándose a escasos metros de Kanon
- en algún momento tenias que enterarte... créeme que no queríamos que pasara esto... simplemente se dio
Su ironía, su burla, me carboniza por dentro, puedo sentir las llamas del infierno encendiéndose en mi interior.
-¿ahora solo debo de conformarme? - ríe forzadamente - el telón se ha bajado... terminaron su obra, es hora de su final...
- tranquilízate Saga...
-¡QUE ME TRANQUILICE!!! - grita enfurecido para soltarle un bofetón que impacto en su mejilla sonando duramente, el cual le hizo caer, mientras soltaba un sollozo.
-¡jodido hijo de puta! - el menor se va contra él, para tumbarlo en el suelo y comenzar a repartir golpes en su rostro, abriéndole el labio desembocando un rio de sangre que emano de sus comisuras, escurriendo como cascadas por su boca, pero un golpe en el cuello le hizo perder el aire, por lo que se arqueo hacia el frente, en aquella oportunidad Saga le empujo con sus piernas, el menor cayó en el suelo para comenzar a toser, se puso de pie para tomarlo del cabello y alzarlo, sacándole un pequeño grito pues aun no recobraba el aire totalmente, para arrastrarlo impulsando su brazo con fuerza para estrellarlo contra la pared.
-¡detente! - exclamo el rubio, aterrado, sin embargo el peliazul hizo oídos sordos, volvió a estrellarlo contra la pared una y otra vez, rompiéndole la nariz, haciendo que todo su rostro quedara manchado de sangre, para que el menor soltara gritos desgarradores, tratando de zafarse, arañándole las manos, haciendo cortadas alargadas, dejando en la parte baja de sus uñas la piel arrancada de esas manos tan conocidas, en un impulso casi nulo de sus piernas, pudo hacer tambalear al mayor, quien retrocedió para deshacer el amarre un poco, por lo que el menor lo jalo de la pierna haciéndole caer, se coloco sobre el dejando ver como la pared que dividía sus fosas nasales se había separado, coágulos le escurrían por la barbilla, pequeños hematomas se comenzaban a diferenciar del color de su piel, le soltó un puñetazo que fue detenido por la mano del peliazul, la visibilidad se le estaba bloqueando debido a los golpes, se levanto apretándole la mano con fuerza empujándola hacia atrás con todo el peso de su cuerpo, hasta que un desgarrador grito salió de la boca del menor, le había fracturado la mano.
-¡por favor! ¡Te lo suplico detente! - las lagrimas escurrían por sus mejillas, tratando de lavarle la sangre que tenia ahora pegada a este, sus palabras eran entrecortados balbuceos, que por la sangre y saliva no podía articular del todo, el dolor era insoportable. El peliazul se puso de pie, pero fue llevado al suelo de nuevo por el peso que se coloco sobre él, Milo se había ido contra su cuerpo, tratando de detenerlo, para socorrer al menor que agonizaba en el suelo.
-¡quítate perra! - con un puñetazo le abrió la boca y la tomo de la ropa para tratar de quitárselo, sin embargo el rubio se aferro con las uñas a su rostro, rasguñándole, arrancándole pequeños fragmentos de piel, dejando caminos rojizos que seguido comenzaron a sangrar, para zafarse no le quedo remedio que con su propia cabeza impulsarse para golpearla en el rostro, haciendo que se mordiera la lengua, quedando un momento en shock, para patearlo y apartarlo de él.
El menor al ver sufrir al joven, trato de ponerse de pie, pero se iba hacia un lado desvaneciéndose, el peliazul quiso ponerse de pie, pero la vista se le nublo unos instantes, el menor logro hincarse.
-Mi.....- balbuceo, yéndose hacia el frente, sin poder apoyarse el dolor en la mano y el rostro le hacía doblar, el rubio intento gritar pero solo emitió sonidos guturales, su lengua lacerada le impedía hablar o al menos darse a entender en ese momento. Saga con una bolsa de plástico, la cual había tomado de la mesa y humedeció con el licor que había destapado a su llegada, se coloco detrás del menor para colocarla en su rostro empapándola del frente con sangre, para jalar hacia atrás al menor, haciendo que el plástico se adhiriera a su piel, impidiéndole respirar, pegándose aún más por la sangre, la jalo con fuerza, hasta tirarlo al suelo y colocarse sobre él, Milo comenzó se quedo estática por lo que veía. Saga comenzó a jalar la bolsa hacia abajo, ante los braceos de su hermano, tuvo que dejar la bolsa, la cual permaneció pegada en su rostro y proceder a asfixiarlo con sus propias manos, ahorcándolo apretando fuertemente sus manos, de no haber tenido la bolsa, el menor hubiera tosido, sin embargo el reprimir eso al igual que su faringe, su estomago tuvo una convulsión y el vomito subió hasta su boca, llenando la bolsa del frente, ahogándose incluso entre sus propios ácidos estomacales. El peliazul derramo ciertas lagrimas, dejo de apretar sus manos cuando ya no había movimiento de parte del menor, deshizo el agarre de sus manos, para bloqueado por sus acciones ponerse de pie, pero no sintió mas que repulsión, el odio de imaginarlo con Milo le enfurecía cada vez mas, comenzó a patearlo, pero que mas daba, pues estaba inerte desde hacía unos cuantos minutos.
Extrañamente aun con su odio, comenzó a llorar, viro a su izquierda para observar al rubio que en un momento fue todo para él y ahora no era más que la escoria que sobraba y de la cual había que deshacerse.
- ¿Cómo se siente ahora la daga? - camino despacio hacia el, quien sumido en un trance, solo logro arrastrarse hacia atrás, cual larva.
- ¿cómo se siente estar en el lado receptor? - estando frente a el, solo logro emitir una pequeña risa forzada, para tomarlo del cabello y levantarlo, mientras el rubio comenzó a llorar desesperadamente, a sabiendas de su futuro y esperando que recapacitara.
- estas... estas enfermo - balbuceo tratando de ser entendible
- si esto es lo que llamas enfermedad... yo lo llamo venganza.... - observo por última vez su rostro contorsionado por el dolor y sintió un placer inigualable, el palpitante miedo que expedía cada fibra de su cuerpo y envuelto en la furia que albergaba su corazón, el dolor que le envenenaba, comenzó a golpearlo con el puño cerrado en el rostro, en el pecho, dejando que escaparan sonidos aterradores de su lastimada boca, lo estrello contra la pared y sus golpes fueron más certeros, le rompió la mandíbula, le fracturo la nariz, abrió parte de su frente, bañándolo totalmente en sangre.
Lo arrojo al suelo, para patearlo con todas sus fuerzas dislocándole la clavícula, causándole hemorragias internas, rompiendo sus costillas, reventando sus entrañas, dejándolo inerte y desfigurado, quizá de esa manera, no podría llamar la atención de nadie más en otra vida.
El cuarto salpicado y bañado en sangre quedo en silencio después de los agonizantes gritos que lo inundaron, su venganza había sido cobrada, pero ahora comenzaría su pesar.
Se quedo en medio de todo aquel caos que ahora reinaba, se quedo en medio de todo, observando los cuerpo despedazados, hasta que... un vecino, llamo a la policía por todo el alboroto tan tétrico que se escucho. Cuando la policía llegó se topo con semejante escena tan atroz y al culpable, aún en medio de todo, observando con dicha su trabajo.
No sé aún en que estaba pensando cuando hice todo eso, sin embargo he de decir que no me arrepiento, el tenlo había caído ya, la obra necesitaba un final, mi Milo ya no era mío y aquel desecho en el suelo no lo conocía, solo obtuvieron lo que merecían, pisotearon mis esperanzas, yo pisotee su vida.
Termino de contar sus pecados, de confesarse ante un desconocido que le escuchaba alterado y aterrado, mientras grababa todas sus palabras, mientras el yacía amarrado a una camilla de la enfermería del departamento policiaco.
continuara...
Mi respiracion se agita, mis ojos desenbocan secos dos riachuelos de agua salada que se queda impregnada en mi mejilla, mis manos se han teñido de rojo, mientras observo el cuerpo inerte frente de mi y al amor de mi vida aterrado, rogando por misericordia.
-¿porqué? - preguntas con un hilo de voz
- tu eras solo mío ... - me pongo de pie y siento como te arrastras hacia atrás - pero... tu piel tenia el sabor de otro, tus poros ya no segregaban solo tu aroma... tu cuerpo esta plagado de caricias que no son mias ... quisieron burlarse de mi... pues ahora la broma es para ustedes... - lagrimas emergen de lo mas recondito de mi ser y me acerco con aquel objeto brilloso en mis manos, cierro los ojos una vez mas y el placer me estrangula, por que sabes... me estoy divirtiendo, impulso mi brazo hacia adelante, mientras por alguna razón grito tu nombre.
.:. Pov .:.
Cuando él llego, mis delirios comenzaron, mis problemas... mi obsecion.
Siendo la persona mas cercana a mi, ¿como pudo traicionarme? ¡llevarse lo que mas queria en este mundo! ¡engañarme y resbalarse vilmente para probarlo!
¿Como pudo hacerlo? siendo el, mi unico hermano, pero... tampoco puedo culparlo solo a él... si me he divertido asfixiandolo, si me he excitado con su sangre caliente mientras escurre por mis manos, el tambien debería pagar.
.:.Fin Pov .:.
Estacion de policia en Mykonos.
Recargado en el respaldo de la silla con la vista perdida hacia la pared grisacea, mientras en su mente se repartian las imagenes de la pelicula tetrica que habia fomentado, levanto lentamente las manos para tratar de distinguir sus palmas, sin embargo, solo logro ver las manchas rojizas que ya se habian pigmentado a su piel, convirtiendose en color marrón, sus ojos se humedecieron de lagrimas, lagrimas de dolor, más no de culpa.
La puerta se abre y accede a la habitacion un joven de cabellos plateados acompañado de un oficial con un subfusil cargado, quien aguarda de pie frente a la puerta cerrada y el joven toma asiento frente al peliazul. Despues de unos minutos de silencio, mientras el peliplateado calma sus pensamientos y masajea con dos dedos su frente.
-Señor... Geminia ... Saga Geminia - se aventura a hablarle, mientras el peliazul mueve lentamente la mirada para posarla fieramente en el hombre que ahora le dirige la palabra, causandole un escalofrio.
- Podria decirme... ¿Qué sucedio? - coloca sobre la mesa un sobre y seguido sus codos para no perder el detalle de cada una de sus facciones. - puesto que no hay testigos de los hechos, solo me queda escuchar tu historia y creeme ... que me encantaria escucharla
El joven solto una pequeña risa fingida, su primer muestra de sonido desde que lo encontraron.
- ¿ Y si te miento? - pronuncio burlón mientras se removia para poder acomodarse mejor.
- las evidencias... pueden decirme a detalle lo que hiciste... pero quiero saber ¿porque? ¿que fue lo que te orillo a cometer tales actos?
-alguna vez has sentido la traicion ... el dolor de un corazon destrozado, ese sentimiento de odio que tortura tus pensamientos por el dia y llena de veneno tus sueños por la noche... - exhalo hondamente, mientras sus ojos se tornaban cristalinos, por lo que llevo la mano a su rostro, causando que el oficial retrocediera asustado, ante esa pequeña accion, levantando su arma.
-¿que sucedio Saga? - volvio a preguntar el peliplateado intrigado por aquellas accciones, el hombre frente a el aparentaba ser la victima en vez de un cruel asesino.
- no me di cuenta que... estaba besando una mentira, que me habia enamorado de una tragedia - levanto la mirada para observar al peliplateado con el rostro hundido en desesperacion y los ojos ahogados en tristeza
- Me case hace 8 años con el hombre que me habia cautivado, mi vida era perfecta, él llego para llevarselo... para arrebatarme todo para burlarse una vez mas de mi... pues ahora la broma fue para el ...
- ¿para quien Saga?
- para Kanon ... el bastardo que hacia pasar por mi hermano - el peliplateado anoto en su sobre el nombre mencionado, pues ya sabia la identidad de uno de los cuerpos.
- ¿Y el nombre de la otra persona Saga? - miro de reojo al joven que se desacia en recuerdos
-M.... - sollozo sin terminar el nombre, para apretar sus puños y su rostro se contorcionara por una mezcla de odio y dolor.
- Milo...- el detective anoto el nombre desencajado, para mirarle de nuevo invitandolo a seguir, el peliazul dio un respiro y mirando hacia la pared solto un sollozo
- hace 6 meses....
.:.Flash Back.:.
Recibi la llamada de Kanon, quien desesperado me dijo que habia sido despedido en el recorte de personal, que habia hipotecado y perdido su casa por las deudas y no sabia a quien mas recurrir, a pesar de las diferencias le tendi la mano, como debe de hacer la familia.
-¡hombre pasa! no te quedes en la puerta... - dos jovenes se abrazan y rien bajo el umbral de una puerta de caoba.
- dios... tienes una casa enorme... - exclamo, claramente el menor, quien accedia al interior conducido por el otro, observando con detalle cada adorno y terminado.
- Kanon el es... Milo - el menor devolvio la mirada a su hermano, topandose con la belleza de un hombre de cabellos rubios y ojos claros, no tenia el cuerpo perfecto, pero poseia un encanto divino, atonito solo pudo extender la mano sonriendo de manera suspicaz
- mucho gusto... - la voz del joven era sensual y atrapadora, quien correspondio la sonrisa de igualmanera
- el gusto es mio...
Se llevaron bien desde el principio, en lo que conseguia un empleo, era quien le ayudaba en todo, compras, reparaciones, consejos, se convirtio desde mi imbecil perspetiva en su mejor amigo e idiotamente me dio gusto por ambos. Ya no me sentia mal de dejarlo solo en casa, de tener que llegar tarde por la jornada, porque sabia que el estaria alli para protegerlo, jamás imagine que se convertiria en el enemigo, de quien deberia cuidarme.
- vamos Milin... no hemos estado mucho tiempo juntos ¿ te parece si salimos a cenar hoy? - el peliazul lo abraza, tomandolo de la cintura para estrecharlo junto a el, acariciando las hebras humedas de su cabello recien lavado y aspiraba el olor a violetas que siempre desprendia su cuello, sin embargo a su parecer, por un instante, aquel embriagador olor habia desaparecido.
- perdoname Saga, pero ya he quedado con Kanon, saldremos a comprar arreglos para el jardin, sabes cuanto empeño hemos puesto para remodelar esa vieja selva - rio apartandose de el, desaciendo el abrazo y caminar hacia el armario, para sacar su abrigo
- podemos ir juntos... dale un respiro tambien...
- el que necesita un respiro eres tu, el trabajo ha sido cansado esta semana ¿no? mejor descansa - camina de nuevo hacia el, tomando su cartera- anda que te sentiras mejor... - le acaricia la mejilla para darle un beso.
- te vere más tarde...
Sus salidas se hicieron constantes, al igual que su alejamiento, las peleas se presentaron a menudo y con el único que encontraba la manera de desahogarse era con él, la idea surgió en mi, cuando su piel se sentía diferente, estaba llena de caricias que no eran mías... ya no era solo su aroma... su compañía ya no era... ya no era conmigo. No quise aceptarlo, me negué lo juro, pero me envenene día con día solo, imaginando, todas las que podrían hacer mientras yo no estaba. Creí que todo volvería a la normalidad cuando Kanon consiguió un departamento, cuando abandono mi casa, creí que me había regresado mi tranquilidad, pero... me equivoque
- ¡Milo! necesitamos hablar... - el peliazul camina apresurado hacia la escalera, donde el se detiene para mirarlo enfurecido
- tú y yo, no tenemos nada que hablar... sabes... estoy harto de esto... ¡nunca estas en casa! ¡Nunca estas para mí! pero si puedes estar presente, para echarme en cara tus estúpidas alucinaciones...
-¿estás harto? a que te refieres...
- a que esto tiene que terminar Saga... lo nuestro ya no se dará para más...
-Milo... - camina bajando los escalones con cautela
- olvídalo... esto ya no tiene remedio... - el rubio termina de bajar las escaleras, para tomar su abrigo y abrir la puerta principal.
- en verdad que yo no quería nada de esto... - menciono serio, fingiendo dolor - vendré por mis cosas esta noche... - finalizo para salir azotando la puerta
-¡Milo! - el peliazul bajo, para correr hacia la puerta, sin embargo pudo apreciar como abordaba aquel Jetta negro, para arrancar con su igual.
Mi mente se quebró, todo rondaba en mi cabeza, encallando ideas inconclusas, se habían burlado de mi... habían encajado perfectamente a sus papeles, el esposo fiel y perfecto y el hermano protector que vela por tu felicidad, una obra incompleta que necesitaba terminarse, las mentiras que habían recorrido una vida de desilusiones, una traición que no puede ser perdonada. La furia y la decepción me consumieron en un instante, tenia... tenía que vengarme...
Analice todos los posibles hechos, quería aun creer que todo esto había sido mi culpa, que no serian capaces de destruirme de esa manera, que todo llevaba un cierto tiempo, que ... Kanon no tenía nada que ver... así que... comencé a beber... pero las respuestas se abrieron paso en mi cabeza, huiría de mi, para terminar su obra, para quedarse con él y el demonio poseyó mi alma, sin controlarme salí ... estaba tan enojado, tan ciego a todo, lo único que quería... era traspasarles mi dolor, intercambiar mi corazón roto... estaba tan sediento de su sufrimiento...
Y sin quererlo demasiado... los encontré... disfrutando de su ahora nueva libertad... mi propio hermano disfrutando de lo que antes era mío, deleitándose con sus labios, estrechándolo, para vivir el acongojable amorío que me fue arrebatado.
Ambos eran culpables de mi desdén, ahora necesitaban sentir el dolor en carne propia, pero arrepentirse no me satisfacería, por lo que me encamine hasta el departamento de Kanon, donde los espere pacientemente...
.:. Fin Flash Back:
- ¿qué hiciste después? - pregunto el detective, tratando de contener el aire, sabía que lo que se avecinaba sería tan atroz como las escenas fotografiadas que llegaron a sus manos, trataba de sostenerle la mirada al peliazul, pero sus ojos rehuían de la penetrante mirada de un desdichado enloquecido.
El peliazul guardo silencio, mientras su respiración se agitaba, describir aquellas escenas era tan difícil, pero hacerlas no le costó trabajo, se equivocaba - lo hizo con todo el pesar de su corazón.
Su parte de la habitación era tan obscura como su mente misma y no podía ser de otra manera, los recuerdos baleaban su mente, atravesándolo como filosas estacas que deshacían todo.
-¿Saga? - inquirió de nuevo, pero el mencionado se puso de pie, arrojando la mesa, haciendo caer al peliplateado, el oficial le apunto de inmediato
-¡espera! - grito el detective, para detener el fulminante final de su agresor
- pero... - menciono con miedo el oficial, mientras no bajaba su arma, sus manos temblaban, en todos sus años de trabajo, jamás había tratado con un demente como el que estaba ante sus pupilas.
- Saga... tranquilízate y dime que sucedió...
- ¡Son un par de mal nacidos!!!! ¡Se burlaron de mí! ¡Me volví loco por el y la perra desgraciada se arrastro hasta el!
-Saga... - le llamo con miedo, mientras se ponía de pie, para acercarse a él y sacar algo del bolsillo de su saco.
- El cuchillo se desliza bajo la punta de mi lengua... encuentro el placer de verlos retorcerse, me inclino para probar la gloria que gotea de su garganta... - el peliplateado se aproxima por detrás para en su descuido o quizás trance, clavarle la fina aguja en el cuello blanco del peliazul recibiendo un aullido de parte de este y un manoteo que lo empujo hasta la mesa, el oficial no pierde tiempo y trata de detener al enardecido hombre que se aproxima tambaleándose al detective, le tira al suelo para detener sus manos y esposarlo, aunque sus manos parecen incluso de papel.
- tranquilo... - le calma el peliplateado quien se incorpora y se acerca para ayudarle a levantarlo, mientras la mente del peliazul se cierra, perdiéndose en su divagación
-Milo....Milo - solloza y repite ciego ante sus palabras, para poco a poco desvanecerse, recordando en un instante su pecado.
Espere pacientemente por su llegada, mis manos están temblando, mis ojos escurren agonía liquida, escucho el eco en el pasillo, aquellos pasos firmes que se aproximan a su destino, las risas que no se contienen y los arrumacos que... aunque no los veo, los puedo sentir expidiéndose en el aire, basta con tomar un trago para calmarme, me he servido como si nada, del licor barato que reposaba en aquella mesa vieja, único adorno de ese departamento deplorable, de momento a otro la puerta se abrió. Me observan sorprendidos sin saber que decir
-Saga... - exclama sorprendido el gemelo menor, mientras cierra la puerta, observando de reojo al rubio, quien tiembla al ser descubierto.
-vaya... - se pone de pie el peliazul - ¿se han divertido? - comienza a caminar acechándolos, caminan ambos hasta el interior de la casa, por lo que Saga se dirige a la entrada, pero solo para bloquearla.
- será mejor que me vaya... - exclama el rubio, para tratar de encaminarse a la salida, pero es bloqueada por el peliazul, quien lo mira fulminante, lleno de odio.
- ¿por qué? si apenas la fiesta va a comenzar...
- Saga... tienes... tienes que escucharme - intenta sonar sereno, sin embargo esta temblando de miedo.
- ¡oh! ahora quieres relatarme lo que haces... quieres que escuche... tus historias de prostituta barata, ¿quieres relatarme cómo es que te revuelcas en la cama con mi hermano?
-Saga por Zeus... - el peliazul posa su mirada en ahora su enemigo
- tú eres el menos indicado para nombrarlo... - se acerca a él, él rubio retrocede quedándose a escasos metros de Kanon
- en algún momento tenias que enterarte... créeme que no queríamos que pasara esto... simplemente se dio
Su ironía, su burla, me carboniza por dentro, puedo sentir las llamas del infierno encendiéndose en mi interior.
-¿ahora solo debo de conformarme? - ríe forzadamente - el telón se ha bajado... terminaron su obra, es hora de su final...
- tranquilízate Saga...
-¡QUE ME TRANQUILICE!!! - grita enfurecido para soltarle un bofetón que impacto en su mejilla sonando duramente, el cual le hizo caer, mientras soltaba un sollozo.
-¡jodido hijo de puta! - el menor se va contra él, para tumbarlo en el suelo y comenzar a repartir golpes en su rostro, abriéndole el labio desembocando un rio de sangre que emano de sus comisuras, escurriendo como cascadas por su boca, pero un golpe en el cuello le hizo perder el aire, por lo que se arqueo hacia el frente, en aquella oportunidad Saga le empujo con sus piernas, el menor cayó en el suelo para comenzar a toser, se puso de pie para tomarlo del cabello y alzarlo, sacándole un pequeño grito pues aun no recobraba el aire totalmente, para arrastrarlo impulsando su brazo con fuerza para estrellarlo contra la pared.
-¡detente! - exclamo el rubio, aterrado, sin embargo el peliazul hizo oídos sordos, volvió a estrellarlo contra la pared una y otra vez, rompiéndole la nariz, haciendo que todo su rostro quedara manchado de sangre, para que el menor soltara gritos desgarradores, tratando de zafarse, arañándole las manos, haciendo cortadas alargadas, dejando en la parte baja de sus uñas la piel arrancada de esas manos tan conocidas, en un impulso casi nulo de sus piernas, pudo hacer tambalear al mayor, quien retrocedió para deshacer el amarre un poco, por lo que el menor lo jalo de la pierna haciéndole caer, se coloco sobre el dejando ver como la pared que dividía sus fosas nasales se había separado, coágulos le escurrían por la barbilla, pequeños hematomas se comenzaban a diferenciar del color de su piel, le soltó un puñetazo que fue detenido por la mano del peliazul, la visibilidad se le estaba bloqueando debido a los golpes, se levanto apretándole la mano con fuerza empujándola hacia atrás con todo el peso de su cuerpo, hasta que un desgarrador grito salió de la boca del menor, le había fracturado la mano.
-¡por favor! ¡Te lo suplico detente! - las lagrimas escurrían por sus mejillas, tratando de lavarle la sangre que tenia ahora pegada a este, sus palabras eran entrecortados balbuceos, que por la sangre y saliva no podía articular del todo, el dolor era insoportable. El peliazul se puso de pie, pero fue llevado al suelo de nuevo por el peso que se coloco sobre él, Milo se había ido contra su cuerpo, tratando de detenerlo, para socorrer al menor que agonizaba en el suelo.
-¡quítate perra! - con un puñetazo le abrió la boca y la tomo de la ropa para tratar de quitárselo, sin embargo el rubio se aferro con las uñas a su rostro, rasguñándole, arrancándole pequeños fragmentos de piel, dejando caminos rojizos que seguido comenzaron a sangrar, para zafarse no le quedo remedio que con su propia cabeza impulsarse para golpearla en el rostro, haciendo que se mordiera la lengua, quedando un momento en shock, para patearlo y apartarlo de él.
El menor al ver sufrir al joven, trato de ponerse de pie, pero se iba hacia un lado desvaneciéndose, el peliazul quiso ponerse de pie, pero la vista se le nublo unos instantes, el menor logro hincarse.
-Mi.....- balbuceo, yéndose hacia el frente, sin poder apoyarse el dolor en la mano y el rostro le hacía doblar, el rubio intento gritar pero solo emitió sonidos guturales, su lengua lacerada le impedía hablar o al menos darse a entender en ese momento. Saga con una bolsa de plástico, la cual había tomado de la mesa y humedeció con el licor que había destapado a su llegada, se coloco detrás del menor para colocarla en su rostro empapándola del frente con sangre, para jalar hacia atrás al menor, haciendo que el plástico se adhiriera a su piel, impidiéndole respirar, pegándose aún más por la sangre, la jalo con fuerza, hasta tirarlo al suelo y colocarse sobre él, Milo comenzó se quedo estática por lo que veía. Saga comenzó a jalar la bolsa hacia abajo, ante los braceos de su hermano, tuvo que dejar la bolsa, la cual permaneció pegada en su rostro y proceder a asfixiarlo con sus propias manos, ahorcándolo apretando fuertemente sus manos, de no haber tenido la bolsa, el menor hubiera tosido, sin embargo el reprimir eso al igual que su faringe, su estomago tuvo una convulsión y el vomito subió hasta su boca, llenando la bolsa del frente, ahogándose incluso entre sus propios ácidos estomacales. El peliazul derramo ciertas lagrimas, dejo de apretar sus manos cuando ya no había movimiento de parte del menor, deshizo el agarre de sus manos, para bloqueado por sus acciones ponerse de pie, pero no sintió mas que repulsión, el odio de imaginarlo con Milo le enfurecía cada vez mas, comenzó a patearlo, pero que mas daba, pues estaba inerte desde hacía unos cuantos minutos.
Extrañamente aun con su odio, comenzó a llorar, viro a su izquierda para observar al rubio que en un momento fue todo para él y ahora no era más que la escoria que sobraba y de la cual había que deshacerse.
- ¿Cómo se siente ahora la daga? - camino despacio hacia el, quien sumido en un trance, solo logro arrastrarse hacia atrás, cual larva.
- ¿cómo se siente estar en el lado receptor? - estando frente a el, solo logro emitir una pequeña risa forzada, para tomarlo del cabello y levantarlo, mientras el rubio comenzó a llorar desesperadamente, a sabiendas de su futuro y esperando que recapacitara.
- estas... estas enfermo - balbuceo tratando de ser entendible
- si esto es lo que llamas enfermedad... yo lo llamo venganza.... - observo por última vez su rostro contorsionado por el dolor y sintió un placer inigualable, el palpitante miedo que expedía cada fibra de su cuerpo y envuelto en la furia que albergaba su corazón, el dolor que le envenenaba, comenzó a golpearlo con el puño cerrado en el rostro, en el pecho, dejando que escaparan sonidos aterradores de su lastimada boca, lo estrello contra la pared y sus golpes fueron más certeros, le rompió la mandíbula, le fracturo la nariz, abrió parte de su frente, bañándolo totalmente en sangre.
Lo arrojo al suelo, para patearlo con todas sus fuerzas dislocándole la clavícula, causándole hemorragias internas, rompiendo sus costillas, reventando sus entrañas, dejándolo inerte y desfigurado, quizá de esa manera, no podría llamar la atención de nadie más en otra vida.
El cuarto salpicado y bañado en sangre quedo en silencio después de los agonizantes gritos que lo inundaron, su venganza había sido cobrada, pero ahora comenzaría su pesar.
Se quedo en medio de todo aquel caos que ahora reinaba, se quedo en medio de todo, observando los cuerpo despedazados, hasta que... un vecino, llamo a la policía por todo el alboroto tan tétrico que se escucho. Cuando la policía llegó se topo con semejante escena tan atroz y al culpable, aún en medio de todo, observando con dicha su trabajo.
No sé aún en que estaba pensando cuando hice todo eso, sin embargo he de decir que no me arrepiento, el tenlo había caído ya, la obra necesitaba un final, mi Milo ya no era mío y aquel desecho en el suelo no lo conocía, solo obtuvieron lo que merecían, pisotearon mis esperanzas, yo pisotee su vida.
Termino de contar sus pecados, de confesarse ante un desconocido que le escuchaba alterado y aterrado, mientras grababa todas sus palabras, mientras el yacía amarrado a una camilla de la enfermería del departamento policiaco.
continuara...
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