Milo in the sexland N-17 ¡TERMINADO!
Una tarde común y corriente en el santuario, donde ahora reinaba la paz puesto que después de la guerra contra Hades y ante la victoria de Athena los caballeros dorados fueron revividos y los de bronce se trasladaron al santuario, para poder entrenarse con sus nuevos maestros.
Como todas las noches todos se reunían para cenar en el salón patriarcal y como siempre no faltaban las bebidas para amenizar un poco.
Dadas las ocho la mayoría ya se encontraba allí y los tragos comenzaron a rodar por la gran mesa, algunos los aceptaban con agrado y otros simplemente para no llevar la contraria a los demás, pero claro, todo con moderación.
-¿Qué te sirvo Milo? - pregunto Dohko levantando una botella y una copa.
-nada, gracias - ante sorpresa de todos el escorpión se había negado
-¿A qué se debe tu moderación? - menciono curioso Aioria.
-desde lo ocurrido en la fiesta de Athena prefiero ya no beber - menciono con algo de pena, puesto que los recuerdos de cómo había hecho el idiota bajo las influencias del alcohol le llegaban por ratos, ante las insistentes burlas de cáncer y capricornio.
Pasó la cena como siempre, sin embargo algunos ya comenzaban a desvariar y como todo no faltaba el que ebrio era: el conquistador, el dolido, el acosador, el burlón y el creído.
La “cena” estaba de los más animada, que incluso Camus y Shaka bebieron un poco, olvidándose por esa noche de sus deberes, Milo quien era uno de los sobrios ya estaba harto de la situación puesto que era el único que no se reía, el único que no encontraba gracioso que Shion estuviese dormido en la mesa, que Aioria mostrara sus pasos de chico go go arriba de la silla, así que aburrido se puso de pie.
-¿A dónde vas?
-me voy a dormir.
-vamos no seas aguafiestas
-ya me voy -en eso Dohko lo tomo por el cuello.
-¡anda vamos!!-alzando su copa.
-¡ya dije que no!!
-Vamos- le dio una botella semi vacía
-ya déjenlo en paz, si no quiere está bien él es más sano-sentencio Shaka
-¡ya dámela! – dijo algo enojado, pues ahora resultaba que la virgen lo entendía.
Milo bebió hasta la última gota de aquella botella y eso que no era mucha, pero sí que le quemo la garganta, hizo un sonido gutural por lo que la mayoría rio.
-dioses se harán mierda el hígado con eso… - le regreso la botella vacía a Dohko y se dirigió a los sillones donde se dejó caer.
-¡ouch! – se quejó puesto que un objeto duro había detenido su caída, se levantó un poco y se topó con un libro de pasta rígida y portada desgastada.
-¿Qué es…? – lo tomo en sus manos y para sorpresa era un cuento “Alicia en el país de las maravillas” quien era el dueño de aquel libro de cuentos y todo apuntaba nada más y nada menos que al santo de virgo, quien era el único que degustaba leer toda clase de libros.
Que hacia Shaka con ese libro para niños, la verdad no lo había leído completo, pero ya hacía mucho que un día pasando por las casas, había escuchado una plática de Shaka con Camus sobre aquel “maravilloso” libro e incluso recordaba que se había quedado a escuchar aquella platica, pero antes de oírla completa se había quedado dormido sobre los cojines de la casa de acuario, quizá era el momento de terminarlo de leer, lo ojeo un rato, le llamo la atención sí, pero no la suficiente pues a cada párrafo era un pestañeo, continuo leyendo, hasta que quedó dormido por lo que el libro cayo de sus piernas al suelo.
Poco después tanto movimiento le hizo abrir los ojos algo aturdido, se enderezo y noto el estado de todos.
-yo…te quiero musho….Aioria-menciona Seiya ebrio.
-ya cállate-le gritaba enfadado Shiryu.
-ya te dije que…….
-¡onii-san, ayúdame!-pedía desesperado Shun, quien sostenía de un brazo a Hyoga para no caer. Ikki miraba a todos.
Milo se puso de pie, chocando con el libro de nuevo por lo que lo recogió del piso y vio a un Camus mareado y tambaleante, por lo que se acercó a él y le echo una mano para llevarlo hasta el baño donde el acuariano descargo el vuelco de su estómago.
-¿estás bien?
-s…si (guaccc!!) – Milo solo arqueo su ceja y coloco justo al lado de su puerta para ver a Camus cuando saliera del baño y ayudarle, sin embargo comenzó a pestañear de nuevo y bostezando se sentó en el suelo acurrucado en el marco de una habitación continua, aun con el libro en sus manos trato de mirar fijamente a la puerta, pero el sueño se estaba apoderando de él.
-solo serán unos segundos – menciono para sí mismo en voz alta y cerro sus ojos.
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(Se oyen unos pajarillos cantar-bird bird!!)(Disculpen los terribles efectos de sonido xD)
-¿eh?-se despertó Milo -¡¿pe…pero qué diablos!!??-se encontraba en el jardín de…. ¿dónde diablos se encontraba??-Se puso inmediato de pie -pero….-miro a su alrededor, no era exactamente un jardín, sino un ¿bosque?, si eso parecía ¿por qué y cómo había llegado allí? Miraba a todos lados extrañado.
-¡wow!! ¡Se me hizo tarde!! -se alcanzó a oír a lo lejos.
-¿eh?-Milo viro pero al parecer no estaba solo, alguien se aproximaba por….
-¡eh! ¿Pero a qué hora salió este sendero??
- tengo que darme prisa-venia corriendo un chico de cabellos verdes, muy apurado.
-pero si es…. El caballero de bronce… ¡SHUN!!-llego hasta el ¿Shun?, vestido con un traje blanco, y llevaba puestas unas graciosas orejas de conejo.
-Shun ¿dónde estamos? y ¿por qué traes esas ridículas orejitas??
-¿Shun? A quien le hablas…- pregunto curioso y extrañado aquel chico
-¿cómo que a quien le hablo? Déjate de juegos por supuesto que a ti.
-yo no soy “Shun”-y movió su dedo hacia los lados – ¡se te olvidaron unas letras!!
-¿unas letras? Pero si es S-H-U-N –se lo deletreo comenzando a enojarse con el ridículo juego de Shun, seguro los caballeros lo habían arrastrado hasta el jardín, pero… este no era el bosque que se ubicaba detrás del santuario.
-no, no… yo soy el conejo blanco Shunny.
-¿qué?? Espectros… bebiste demasiado - Milo enfadado comenzaba al mismo tiempo a asustarse con el comportamiento tan extraño de “Shunny”.
-¡waaa!!!- grito el menor -¡se me está haciendo tarde!!
-pe…pero a ¿dónde vas?
-como que a donde, ¡a la fiesta de la reina! ¡A mí me toca llevar las sardinas!!-dijo levantando una canasta.
-¿eh? pero si son….con...dones…-dijo un Milo más asustado.
-condones, sardinas ¿cuál es la diferencia? ¡Waaa! - Volvió a gritar, esta vez con un reloj enorme
-me voy, me voy, me voy –siguiendo su camino dejando aun Milo perplejo de lado.
-¡espera!!!-Shunny empezó a correr, mientras el peliazul iba detrás de él.
“Desde cuando es tan rápido” –pensaba el escorpión furioso, quería una explicación y la quería ahora; a lo lejos vio una casa, no, era una mansión.
-¡ahh!!-exclamo- ¡es la mansión de Athena! -Shunny entro en ella, dejando la puerta abierta.
-¡espera!! – Milo entro también -¿eh?- se halló en un cuarto, con una pequeña puertecilla al frente, miro hacia atrás y ¡¡ya no había puerta!!
-¡mierda!! ¿Pero qué diablos está pasando??-frente a él apareció una mesa, se acercó con cautela y había un pequeño cofrecillo con dulces que tenían escrito “Cómeme”
-¡esto tiene que ser una broma! Pero claro que es una broma, ¡vamos Milo!! Eres un caballero `orado, como no te diste cuenta de la broma de los de bronce – mencionaba en voz alta.
-vamos salgan ya, es suficiente, caí en su trampa, pero se acabó… - ante el silencio, suspiro
-¡bien! ¡Bien! Me lo comeré… mejor para mí – tomo uno de aquellos dulces y lo mordió -¿contentos? – pero comenzó a hacerse diminuto.
-¡AAAaaa! - quedo en medio de sus prendas, que comenzaban a sofocarle, por lo que se las quito de encima.
-joder… estoy… estoy… - en efecto estaba totalmente desnudo, pues sus ropas habían quedado enormes, a pesar de que se encontraba solo, con un poco de pena, coloco ambas manos en sus genitales.
“Y ahora qué hago” - sin embargo se percató que ya estaba del tamaño de la puertecilla, por lo que se acercó y giro la perilla; la puertecilla se abrió, había un túnel obscuro, por el que decidió caminar, cuando logro salir, vio la pequeña cola esponjada de Shunny.
- espe….-pero antes de gritar recordó que estaba desnudo, sin embargo de nuevo había entrado de nuevo a un bosque.
-¡rayos no otra vez!!- camino, mirando que no estuviese nadie allí y se percatara de su condición algo indecorosa, comenzó a caminar razonando el ¿dónde estaba? ¿Por qué estaba allí? Y claro el ¿Cómo salir? Cuando la presencia de un nuevo cosmos le hizo salir de sus cabales, miro a todos lados, sin hallar respuesta.
-pero… si no hay nadie aquí…
-¿eso crees??
-¿eso crees??-se oyó en coro, por lo que Milo miro hacia atrás.
-¡ahhhh!! -grito cubriéndose con ambas manos
-¿Qqé… qué hacen aquí??- ante el estaban Saga y Kanon quienes portaban una extraña pero provocativa vestimenta, era un pequeño pero ajustado, short de cuero, y una camiseta negra ajustada, sin mangas.
-la pregunta sería ¿qué haces tú aquí?
-Saga, Kanon, ¿dónde espectros estamos?
-no, no se te olvido algo – decían con una vocecita rara y en coro
-¿qué?- “no otra vez”
-yo soy Saga-dim
-y yo soy Kanon-dum
-…- Milo no podía creer esto, ¡todos se habían vuelto locos!! Así que quiso salir huyendo de allí pero no sabía dónde estaba la salida, ni siquiera sabía dónde estaba, así que se dio media vuelta pero Saga-dim y Kanon-dum le cerraron el paso.
-déjenme pasar – dijo sin vacilar y notablemente serio.
-¡no!
-maldita sea, ¡vamos!! -la desesperación se estaba apoderando de el
-¿quieres ropa?-sugirió saga.
-¿tienen? ¿De verdad? si, si la quiero…
-ahhh, pero primero deberás ganártela.
-¿eh?
-¡Juguemos a acertijos o castigos!!!!-dijeron en coro.
-b…bueno-menciono con cierta desconfianza -pero como se juega – prefirió seguirles el juego, pues algo en su interior le decía que para salir de allí, ellos serían la clave.
-nuestro juego consta de decir la respuesta correcta y realizarla o si no pierdes y te toca un ¡castigo!!
-está bien- “después de todo para salir de aquí, necesito la ropa, además son saga y Kanon de seguro me preguntaran algo de historia o cosas así…”
-entonces empecemos -dijeron a coro, sacando dos dados.
-¿qué es eso?
-son dados bobo ¬¬
-¡ya sé que son!!!
-¡pues en cada dado esta una de nuestras caras, la que toque, será el que te dirá que te toca!!
-de…de acuerdo-saga y Kanon lanzaron los dados, giraron y cayó en ambos la cara de Saga-dim.
-bien – “Saga, el será más considerado”
-bien-menciono este, mientras en su rostro se pintó una sonrisa maliciosa.
-¿Cuál es el nuevo 69?
-¡que!- Milo se puso todo rojo y claro algo nervioso; mientras Kanon-dum reía disimuladamente
-¿qué clase de “acertijo” es ese?
-¡tienes que contestar!
-he... -Pensando, por lo que coloca un dedo en su barbilla -“mierda, está hablando en serio, este…veamos, una vez Shura, tenía un libro que hablaba sobre eso, pero que decía….”
-¡se acabó el tiempooo!! ¿Cuál es tu respuesta?
-he… bueno ambos se…. –dudo un poco - se ponen a la inversa y ¿se la maman?-dijo con cierta duda.
-¡buUuUuU!!!, perdiste!!-exclamaron a coro.
-¡¿qué??!
-¡así que ahora te mereces un castigo!!-con una mirada de lascivia, se le acerco Kanon
-¿a qué te…….?-pero antes de poder articular algo, le soltó 3 latigazos.
-…. –Milo acallo el dolor y el impacto mordiéndose los labios.
-¡se…serás cabron!!-pero antes de golpear a Saga, Kanon lo tomo de los brazos.
-¿ah!? ¿Qué?
-tss… no, no Milo te equivocaste, así que por eso recibiste tu castigo, pero…te daremos un premio de consolación…
-¡¿Suéltame, de que hablas?!
-sabes, estuviste en lo correcto solo que te falto un insignificante detalle.
-¿ah?- saga tomo las piernas de Milo y comenzó a acariciarlas, este se tensó, tomo su miembro, y se lo introdujo en la boca.
-ahhh!!-gimió Milo
-¿q…qué...ha... ¡ahh!! Haces?- el peliazul haciendo oídos sordos continuaba con su “premio de consolación”, mientras le detenía con las manos las piernas y Kanon los brazos.
- ahora es mi turno-exclamo Kanon.
- ¿de qué hablas? – menciono entrecortado y con las mejillas enrojecidas
-sabes Milo, hay veces en las que actúas como un vale madre y otras como un niño, pero todos nos damos cuenta de cómo eres en realidad…
-de que… ¡AHHHH!!!-saga introdujo un dedo en su entrada, moviéndolo despacio; para por un instante dejar de lado su miembro.
-sabes eso fue lo que te falto mencionar- continuo con su maniobra.
-¡ahhh! Por qué… hacen esto… - sus ojos comenzaban a entrecerrarse y su respiración se agitaba, a pesar de los forcejeos en vano, trataba de no mirar a saga, quien veía hacia arriba fijamente a los ojos de Milo, mientras su lengua se movía con maestría en la punta, eso era un detonante, no era de los “rapidines” pero ver al mayor de los geminiano con ese rostro lujurioso, haciéndole un buen felatio
-Milo, ¿sabías que le gustas a alguien del santuario?
-¡ah!!!-Milo se descargó en la boca de saga, por lo que Kanon, le soltó de los brazos y este cayó de rodillas al suelo, intentando normalizar su respiración.
-de…que – jadeando – hablas… creí que no sabías nada del… -¿eh? - Miro a todos lados y se halló solo, se puso de pie, aun con sus piernas tambaleantes y frente al estaba un tronco cortado y un paquete sobre él, Milo se aproximó para tomarlo entre sus manos
.:.: Aquí está el pago, por jugar con nosotros a los acertijos,
Sin embargo, no dijimos que fuese el mejor…..:::.
Milo dejo de lado la nota y abrió el “pago”
-hijos de…..-lo que tenía el escorpión en sus manos, era un traje, estilo Hércules, que sin dudar y tan solo de vista se veía, una talla, menos que la que él era.
“esos cabrones, cuando logre salir de aquí, los voy a….”, -Milo no muy convencido se puso, el atuendo.
-me veo ridículo -decía para sí y una vez así escucho a alguien cantar, ya era demasiado sin embargo, siguió por el sendero, que había aparecido frente a él
Cap. 2
Gimoteo con molestia mientras su mano despegaba las apretadas prendas que se colaban por la abertura de sus glúteos, aquel traje de “Hércules” le estaba haciendo pasar un muy mal rato.
-Bravo Milo, bravo… te llevas el idiota de oro este año –refunfuño entre dientes mientras seguía caminando por aquel sendero que cada vez se hacía más chico, los canticos se oían cada vez más cerca, arqueo una ceja al notar que ya no había camino, piso el verdoso césped escuchando quejar a alguien, dio un respingo haciéndose hacia atrás ¿acaso el pasto se quejaba? Negó con su cabeza creyéndose loco
-Esto no puede estar pasando…
-¿te refieres a que la naturaleza no siente? –hablo alguien a su espaldas, el peliazul giro con rapidez, encontrándose con… abrió sus ojos lo mas que pudo
-¡¿Afrodita!? -exclamo sorprendido, viendo al santo de piscis vestido… de… ¿flor? - Pero que espectros traes puesto, donde estamos y…
-demasiadas preguntas –sonrío con malicia – por lo que veo, quieres salir de aquí ¿no? –pregunto abanicando lo que parecían ser hojas
- por supuesto que sí, este lugar es para maniacos y… eso que ni siquiera sé donde estoy
-Bien, bien… te ayudare
-¿en serio? –lo miro esperanzado
-Si primero me escuchas cantar… -el moreno bufo molesto, asintiendo con la cabeza, en cuanto saliera de ahí, todos…. Todos se la pagarían muy cara, la enorme flor que ahora era afrodita se irguió para calentar su garganta, Milo se cruzo de brazos esperando, mientras ideaba como escaparse.
- Dame el tono… -hablo el ex –piscis, el escorpión lo miro sin entender, cuando comenzó a sonar música
-serán imbéciles seguro es la grabadora de Aioria… - con sus hiervas le tapo la boca, para comenzar a “cantar” al ritmo de la movida música, todo iba bien hasta que
-El disco de mi mente se reciente con tu corazón… el disco de tu corazón no ves que es necesario terminar en una habitación… pasamos a lo bueno, deshazte de tu ropa y dime ah ah ah ah ahhh -en la última parte comenzó a jadear, por lo que la sangre acudió de golpe a las mejillas de Milo -pasemos a lo bueno -repitió su coro – vamos canta conmigo –apoyado con sus yerbas y malezas que ahora tenía por cuerpo, levanto a Milo cual muñeco de trapo a pesar de los forcejeos de este
-No pienso hacer nada
-entonces no te ayudare… - lo miro molesto afrodita, frunciendo el entrecejo, Milo se odio internamente
-No ves que es necesario –hablo con desgano, tratando de acordarse de aquella letrilla indecorosa
-¡Ah si no! – se quejo
-¿Entonces como carajos quieres que te ayude? –el moreno estaba por explotar
-eres un idiota… -mascullo para después sonreír –yo te ayudare –extendió mas sus tallos para poder tomar realmente a Milo y que sus extendidas hiervas comenzaran a tocarlo
-¡qué crees que haces! –se tenso, retorciéndose para liberarse, sin embargo, aquellas plantas que se sentían de manera extraña, miro hacia abajo para sobresaltarse las plantas se habían convertido en manos que lo recorrían sin pudor, acariciando con fervor su bronceada piel dándole un cosquilleo en la parte baja del abdomen
-basta… -trato de ahogar sus quejidos; pero aquello no ayudaba en nada, por encima de la ropa esas manos le tanteaban con deseo, apretujaban sus pezones retorciéndolos poniéndolos erectos, recorrían sus glúteos deslizando sus dedos por la comisura de aquel traje que se le pegaba cada vez más, no se rendiría por mucho que afrodita hiciera; pero todo se vino abajo cuando dos manos se colaron en la parte interna de la ropa, palpando su miembro jalando sin cuidado el prepucio
-¡AHHH! –jadeo retorciéndose, sintiendo un enorme escalofrío en su espina dorsal que le continuo hasta la nuca.
-Eso era lo que esperaba –sonrió satisfecho el piscis para que la música continuara al igual que las caricias –El disco de mi mente se reciente con tu corazón -continuo cantando, sin importarle la situación de su compañero – Invítame a tu habitación… pasemos a lo bueno deshazte de tu ropa y dime… - guardo silencio esperando que Milo continuara y así fue, por impulso Milo comenzó a jadear por las caricias impartidas, quedando a tono con la lujuriosa canción
-Ah ah ah ahhh – cerro sus ojos avergonzado, sentía su rostro hervir al igual que la tensión de sus músculos
- Muñeco te lo ruego… agítame la boca & dime -guardo silencio disfrutando de la escena, en las partes donde le tocaba “cantar” al buen escorpión las caricias se acrecentaban sin compasión dejándole ronco
-¡Ahhh ahhh!! -el moreno trataba de analizar la situación, pero en aquel escenario le era imposible pensar con la cabeza fría, hasta que por fin se dio cuenta –esto es… ¡ahhh! Alicia… el maldito cuento… -al pronunciar eso, afrodita frunció el ceño
-¡Bah! Eres un aburrido… yo que quería ver como llovía agüita blanca ¡largo! –cual muñeca lo agito para lanzarlo a volar, haciéndole caer un pequeño estanque, emergió sin problemas dando una bocanada de aire
-mierda… mierda… - tendría que salir rápido de ahí, el traje comenzaba a encogerse o a disolverse que era aun peor -¡Maldita loca! –Grito hacia atrás esperando ser escuchado por aquel capullo, que solo se había divertido con él, al menos ya sabía dónde se encontraba – demonios… - hablo desganado para sí – pero … no sé cómo termina el cuento –se deprimió ¿acaso jamás saldría de ahí? Salió del agua para tratar de exprimir el traje, resoplo, ahora sí que estaba perdido, comenzó a caminar atorándose entre las ramas y flores, odiaba esa diminuta altura, además que el traje seguía incomodándole, un olor en peculiar lleno sus fosas nasales al igual que ciertas incoherencias dichas al aire
-¡ah! ¡Oh…si! -esa voz se le hacía muy conocida, corrió abriéndose paso entre todo para encontrar a… ¿Shiryu?
-Caballero de bronce – corrió hasta el con una sonrisa, el aludido postrado en un hongo tomaba el sol, cual ¿lagartija? Pintando totalmente de verde, sostenía una especie de historieta, miro al peliazul con desprecio
-¿Quién eres tú? –pregunto molesto, hojeando su librito
-Soy Milo de…
-eso no importa
-pero si me acabas de… - Milo se molesto, seguramente saldría con sus estupideces también, sus mejillas se coloraron al recordar –tu que estás leyendo ¿sabes cómo salir de aquí?
-¿leer? –Sonrió –simplemente veo los dibujos -mostro su historieta, la cual era una revista porno!2C Milo se sorprendió le miro con extrañeza
-No me importa… me largo… - prefirió seguir con su camino
-Espera… -le llamo, el peliazul lo miro
-¿Qué quieres, burlarte más?
-Exacticamente que es lo que quieres…
-Exac….exactic.. ash quiero saber cómo salir de aquí o al menos ser más grande
-¿grande? –La lagartija se acomodo en el hongo, para leer con mayor comodidad -¿para qué?
- joder ¿no ves? –rio el recordar los incidentes de Shiryu, pero prosiguió - 11 centímetros no es nada
-¡NADA! – Se puso de pie molesto, arrojándole la revista a la cara – ¡ESA ES EXACTICAMENTE LA MEDIDA DE MI PENE! –Milo se hizo hacia atrás
-no me grites imbécil… ¿Quién te has creído? – apunto con su uña al otro, pero antes de siquiera tocarlo, el otro se evaporo -¿eh?
-por cierto que un lado te hará crecer…
-¿Qué? –miro hacia arriba, al verlo convertido en un ¿mariposa? Aunque se quedo anonadado sus alas parecían, sacudió la cabeza ignorando el hecho
-y el otro te hará más pequeño
-¿el lado de qué?
-Del hongo imbécil – gritoneo para echarse a volar, el peliazul parpadeaba varias veces sorprendido, miro el hongo que tenía una apariencia cabezona muy en particular, se quejo en un suspiro para acercarse a él, trato de todas las maneras de arrancar un trozo, pero le fue imposible, por lo que opto por arrodillarse, miro antes a todos lados para asegurarse solo, paso un mechón de cabello detrás de su oreja y sin explicarse porque cerró los ojos para dar una pequeña lamida al centro del hongo de inmediato llego a su estatura normal
-aprieta… aprieta… - se quejo del traje, tratando de jalarlo para hacerlo más grande, pero le fue imposible, tenía que buscar ayuda o algo que le quitara aquella molesta tela que, con sus manos no podía romper, corrió por el bosque adentrándose cada vez más, hasta llegar a un enorme tronco donde había confusas señales
“Por donde será” –pensó tratando de hacerlo bien, mientras hacia lo imposible por respirar, nuevamente escucho hablar a alguien
-estoy harto de esto –se quejo, la voz seguía hablando incoherencias, el peliazul buscaba con la mirada
-Humm ¿buscabas algo? -el moreno viro para encontrarse con quien su corazón palpito de prisa, el sabría como ayudarlo
-¡Aioria! -se freno en seco –pero… si no eras más que un gato…
- el gato… Sexhire –sonrió, para aparecer a su lado tal y como era, solo que ahora traía unas lindas y afelpadas orejitas y una esponjada cola de gato
-Aioria… tienes que ayudarme a salir de aquí… -el otro sonrió para abrazarlo acaparadoramente -¿Qué haces? – el castaño rozo con su mano la espalda de Milo destensando el apretado traje, haciéndolo más holgado
-si realmente quieres salir de aquí… yo puedo ayudarte…
-¿en serio? Yo sabía que tú… -lo miro esperanzado
-pero primero… tendrás que… hacerme
-no mas por favor, estoy harto de que me pidan cosas estúpidas para salir de aquí, yo solo quiero volver a casa y si tu pudieses… -Aioria se separo de él, para acomodar de mejor manera sus orejitas
-Si no quieres hacerme un favor entonces ve donde el sombrerero pervertido…
-no, si tu puedes ayudarme no veo el porqué –el peliazul comenzaba a molestarse de nuevo
- O tal vez con la liebre… aunque también es una pervertida
-¡Que no quiero tener tratos con degenerados!
- que lastima… aquí todos son así, incluso… yo – volvió a abrazarlo, a pesar de querer negarse Milo cedió
-¿Qué clase de favor? -de momento a otro se encontraban en la rama del frondoso árbol
-Déjame darte calor -sonrió de oreja a oreja disfrutando de la expresión del escorpión
- ¿y juras que me ayudaras a salir de aquí? – Sexhire asintió, Milo se dejo a su disposición, de momento a otro el castaño comenzaba a vagar sus manos por aquel cuerpo bronceado, quien cerraba sus ojos, tratando de calmar sus ansias y nervios, deposito un húmedo beso en su cuello para bajar con avidez aquel traje Hércules dejando al descubierto sus hombros primero, bajo las tirantes para ir besando su rastro, mientras con su mano frotaba por encima el miembro viril del escorpión
-tú también –pidió jadeante, colkcando la mano del peliazul sobre su miembro, aun por encima de la ropa, Milo comenzó a mover lentamente su mano, sintiendo el palpitante pedazo del castaño, su rostro se coloro de manera febril, un lamida secundada por una mordida en su pezón derecho le hizo dar un jadeo el cual no pudo acallar
-¡ah! –gimoteo revolviéndose, Aioria miro hacia arriba, endulzándose con el rostro de su acompañante
-¿Cómo te ha tratado el cuento, Milo? –pregunto retorciendo con sus dientes el pequeño pezón del peliazul, quien abrió sus ojos de golpe, sintiéndolos vidriosos
-creí que no sabias nada… - se aferro a la madera rasposa del tronco
-este mundo es demasiado enfermo –rio para soltarlo, dejándole erecto y húmedo, para proseguir con el otro –pero jamás te olvidaría… -recorrió su abdomen dejando un rastro de saliva
-¿entonces porque me haces esto, Ai? -el gato se detuvo en seco con el nombre dicho, Milo lo sabía muy en su inconsciencia, si realmente ese era su amigo Aioria se detendría, si no sucedía realmente estaba perdido, el castaño se incorporo para mirarlo fijamente, Milo lo observo de igual manera, leo rio
-tal vez sea una lección por no saber ni siquiera con quien estas y dejarte hacer esto o… para que veas lo que le provocas a todos en el santuario
-¿Qué? –inquirió enderezándose
-pregúntaselo a la reina… quizá pueda ayudarte…
-de que hablas creí que tu… - de pronto Milo se encontró nuevamente en un sendero -¿pero qué demonios?
-¡Que el sombrero & la liebre te guíen… yo aun tengo demasiado calor! – comenzó a reír, desapareciendo, el peliazul resoplo, miro hacia el frente viendo una alocada fiesta realizada en una mesa, no sabía de donde estaba ni a donde iba, pero algo le indicaba que para salir de ahí, tendría que hablar con esa dichosa “reina” pero al menos, se encontraba cada vez más cerca de ella.
Capitulo 3.
Camino por aquel verdoso camino, si podía observar con detenimiento se daba cuenta que el lugar era precisamente hermoso de no ser por aquellos pervertidos; que, hablando de ellos había llegado a un jardín bardeado por una cerca blanca donde se encontraban tres personas cantando singulares canciones mientras bebían té y al parecer galletas, sin más, entro empujando aquella puertecilla que crujió atrayendo su atención
-¡Ya no hay camas! ¡Ya no hay camas! –repetían como posesos acercándose al morocho quien retrocedió dándose cuenta de quienes eran sus “particulares” amigos
-¡Shaka! ¡Seiya! –sonrío aunque no sabía si estar aliviado o salir corriendo
-¡Ya te hemos dicho forastero que no hay camas disponibles! -vocifero el aparente caballero de bronce
-¿Camas? ¿De qué rayos hablas? No, no me digas, seguramente es otras de sus tonterías para hacerme quedar como un idiota – respondió entre dientes
-¿Cómo un idiota? ¡Pero si ya lo eres! – Comenzó a reír con burla – No hay camas disponibles – repitió - ¿Lo ves? –señalo hacia la izquierda del moreno donde señalaba 8 camas donde, en ellas; se disponían en una batalla sexual los caballeros de plata, horrorizado, Milo retrocedió chocando contra la mesa
-Yo no quiero una cama, ni mucho menos quiero estar aquí
-¡ah! Pero es de mala educación interrumpir un encuentro y más si no traes condones -hablo el rubio de virgo agitando su mano donde traía el sobre de un condón, se levanto una cortina que dejo ver al caballero de capricornio teñido de color verde totalmente desnudo amarrado con cinturones
-de mala, muy mala educación – hablo con voz soñolienta dejando caer nuevamente la cortina, el heleno no sabía qué hacer, tenia tanto ¿miedo?
-Por cierto… -hablo el virgo quien poseía un sombrero de color verde que resaltaba con su cabellera – te invitamos una taza de té
-No, yo me voy de aquí –el moreno estaba por salir cuando fue detenido por un Seiya con orejas de liebre
-¡vamos, vamos! Solo una taza de pé, para celebrar nuestro ¡viernes de sexo! -sentó al moreno entre empujones en un sofá violeta, a pesar de negarse se sentó observándoles preocupado por lo que pudiesen hacerle este par de maniacos y el pobre Shura, observo a la cortina
-Toma –el rubio le extendió una tacita, la cual moreno tomo con dudas pues el virgo tenía una sonrisa maquiavélica pintada de oreja a oreja
-¿Qué es? ¿Ustedes podrían decirme como salir de aquí?
-Para salir de aquí tienes que ver a la reina, ella lo sabe todo
-¿Quién es?
-¿Quién?
-La reina
-¿Cuál reina? –comenzó a reír la libre-Seiya exasperando al mayor, al notarlo el rubio cambio de asiento
-Bébelo…. Bébelo – incito casi echándole encima el espeso liquido –si lo haces, yo te ayudare –esperanzado y contra empujones el peliazul bebió el osado “té” sin embargo apenas lo trago se quedo en shock, soltó la taza haciendo que se rompiera en mil pedazos, el color subió de golpe a sus mejillas, su cuerpo sentía un calor impresionante que podría jurar se evaporaba de sus músculos, observo al rubio quien aún mostraba esa sonrisa - ¿Y bien? – pregunto divertido, pero antes de obtener una respuesta el peliazul se le fue encima tumbándolo de la silla para besarlo como poseso, se unieron en un húmedo y excitante beso
-¡Si si, viernes de sexo! –menciono Seiya arrojando condones al aire, mientras que un noqueado Milo desvestía al rubio besando todo rastro visible de su piel, lamiendo su pecho y pezones dejando caminos de salina saliva, el otro sin perder tiempo le quito el traje deslizando los tirantes por sus hombros para dejar mordidas por su acanelada piel
-¡Ah! –Jadeo el escorpión -¿Qué… que me diste? –cuestiono cegado por el deseo y el calor
-¡oh! ¿No te lo dije? Era un afrodisiaco en té, uno muy potente y por lo que veo -paseo una mano por el miembro de Milo, haciendo que arqueara su espalda – te puso muy dócil – esta vez cambiaron los papeles pues el rubio se incorporo para dejar a Milo en el suelo y de esa forma poder quitarle el traje, teniéndolo a su merced a cada roce la piel de Milo se erizaba haciéndole temblar, comenzó a masturbarlo disfrutando de como su cuerpo se contraía apretando su abdomen, mientras que su boca no callaba sus gemidos incontrolados que volverían loco a cualquiera
-Sha… ka –jadeo su nombre rasguñando la espalda de aquel que recorría sin pudor su cuerpo – no puedo…detenerme
-¡Ah Milo! Esto es… delicioso – encamino dos dedos a su entrada que al tantearla el heleno cerro las piernas
-No espera… - a pesar de la situación intento detenerle, su cuerpo quemaba terriblemente pero no cedería de esa forma, su voz se escuchaba débil y ronca, al igual que sus ojos llorosos presos del calor que calcinaba su interior, el sombrerero le miro con gracia
-¿puedes pedir que me detenga cuando muestras esa facción? –pregunto acomodándose entre sus piernas, a un paso de penetrarlo Milo comenzó a llorar desesperado el sitio para dementes, estaba atrapado en una horrible dimensión que ni siquiera podría disfrutar, le causaba un revuelco terriblemente doloroso
-¡Sexhire! –llamo por su nuevo nombre al que alguna vez considero más que su mejor amigo de pronto las caricias de Shaka solo fueron un banal recuerdo pues se extinguieron dejándolo desnudo en medio de la nada –pero… esto –se puso de pie a duras penas olvidando la vergüenza de hallarse sin ropa, pero aun ajetreado por aquel afrodisiaco, en medio de la obscuridad comenzó a brillar un destello, el peliazul atontado por él se acerco ¿Qué es? Cavilo en su mente, no eran más que las esponjadas orejitas de Sexhire
-¡Aioria! –exclamo sorprendido, observando como el otro hacia acto de presencia
-Para salir de aquí –exclamo con cierta molestia ¿acaso… le había molestado que Shaka sombrerero hubiese ido más lejos que él? –tendrás que encontrar a la reina de penecillos
-¿A la que? ¿Pero donde rayos la encuentro? -Aioria chasqueo la lengua para acercarse a él meneando su cola de gato hasta llegar a un árbol donde puso la mano, Milo arqueo una ceja acercándose - ¿En el arb…? - no pudo continuar pues el castaño le robo un apasionante beso para seguido empujarlo contra el árbol donde se abrió un agujero en forma de miembro (.|.) Milo rodo por el suelo entrando a otro jardín -¿pero qué rayos? –se puso de pie ahora portando un vestido color azul pastel igual de pegado que el traje pasado, observo el sitio y a lo lejos distinguió a tres personas, camino hasta ellos al percatarse que el agujero había desaparecido, al acercarse se dio cuenta que eran Aiakos, Minos y Radamanthys
-¡Los espectros! –exclamo anonado notando como portaban trajes parecidos a tarjetas, solo que en este caso – pero si son… - los tres viraron sosteniendo pañuelos
-¿Espectros? ¡No señor! –dijeron a unisonó, mientras limpiaban cierta materia viscosa de los arboles – Yo soy la carta de los 3 penecillos negros –exclamo Aiakos apresurándose a limpiar
-Y yo los 5 penecillos rojos -le secundo Radamanthys, para que Minos se acercara al peliazul
-yo no soy más que el as - exclamo notando que no era más que semen Milo prefirió no preguntar qué era lo que hacían
-Radamanthys, Minos y Aiakos también… esto no puede ser peor – le interrumpió el atolondrado Shunny que entro tocando la trompeta
-¡La reina! –exclamaron los tres, arrojando los pañuelos para inclinarse en el suelo llevándose consigo a Milo, quien levanto a duras penas la mirada
-Su… su alteza imperial, su alteza serenísima, ¡La reina de penecillos! –grito Shunny, en medio de ellos camino nada más y nada menos que…
-¡HADES! –exclamo observando al dios del inframundo portando un traje de cuero que hacia resaltar su escultural cuerpo, mientras jalaba una cadena que llevaba al cuello la persona que casi hace desmallar a Milo
- y el rey –exclamo Shunny tomando aire, el rey era el singular Caballero de Acuario quien portaba una tanga de cuero, en su cuello llevaba un collar de plata donde iniciaba la cadena que llevaba Hades en la mano, caminaron hacia los tronos que se encontraban en un altar, ante ellos se inclinaron todos los espectros vestidos de cartas con penecillos, Milo pudo observar también a Shaka sombrerero, Seiya la liebre, los gemelos dim y dum al igual que a los caballeros de plata en medio de la multitud que se postraba ante el dios convertido ahora en reina
- ¿Y las sardinas? –Pregunto la reina de penecillos mientras Camus se arrodillaba a su lado, con un perfil esculturalmente delicioso, entre todos Shun saco una canasta dándole los condones del inicio, Hades sonrío -¡Que empiecen las festividades!
-¿Festividades? ¡Camus que haces ahí y de esa manera!
-¡Silencio! –sentencio hades reina de penecillos – ya va a iniciar la orgia –al escuchar eso Milo palideció, tenía que salir de ahí observo a sus espaldas y todos sus conocidos comenzaron a besarse, a lamer y tocar sus cuerpos sin tapujos ni restricciones, se encontraban ahora desnudos dándose placer mutuo
-¡TENGO QUE SALIR DE AQUÍ! –grito Milo comenzando a correr, pero fue detenido por las cartas
-¡¿Quién es este intruso!? –cuestiono el rey poniéndose de pie, haciendo sonar la cadena que llevaba al cuello
-¡es el loco! ¡El loco! –grito Seiya dejando de besar a Shura
-¿el loco? –cuestiono Camus
-¡como se atreve a interrumpir mi orgía! –Grito enfurecido Hades - ¡Córtenle la cabeza
-¡auch! -exclamaron los presentes
-¡Esa no idiotas, la otra!
-¡Ahhh! –se pusieron de pie para detener a aquel enloquecido intruso, por lo que asustado Milo comenzó a correr con la turba sexosa enfurecida detrás de el
-¡Atrápenlo por ordenes del rey! –grito Camus para seguido besar a su reina de penecillos y correr ambos también tras el morocho, de pronto todo lo que veía eran los escenarios pasados por los que había transitado en eso enloquecido lugar
-¡viernes de no sexo! –exclamaban Shaka y Seiya, a lo que el heleno los esquivo
-¡Sexhire! ¡Sexhire! ¡Ayúdame! – Jadeo cansado, a su lado apareció el castaño aún portando sus orejitas - ¡Aioria! Tienes que ayudarme, sácame de aquí o esos maniacos van a violarme hasta abrirme como una nuez –el castaño comenzó a reír lamiendo su mano
-Pero Milo, si nunca has entrado aquí
-¿Qué? -miro hacia atrás, sin embargo Aioria le tomo de la mano a lo que Milo dirigió su mirada directo a los ojos del castaño, se perdió en aquellas imponentes orbes donde se vio reflejado aún recargado en el marco de la puerta del baño -¡Pero si todo ha sido un sueño! ¡Milo despierta! ¡Milo! ¡Milo! – antes de seguir con sus atolondrados gritos fue besado nuevamente por el leonino antes de ser atrapados por esos maniacos, a lo que Milo se sumió en la obscuridad
-¡Milo! ¡Milo! –repetían de forma molesta su nombre a lo que el peliazul frunció el entrecejo despertándose de forma violenta
-¡QUE NO QUIERO TENER SEXO CON USTEDES! –grito en medio de todos sus compañeros de armas que comenzaron a reír
-¿de qué rayos hablas? –el heleno respiraba agitado observando a todos lados, había regresado
-diablos Milo, nosotros no las tomamos y a ti te hacen efecto – bromeo Muu
- ¡y de qué forma! – exclamo divertido Death señalando la mancha húmeda en la entrepierna del peliazul, quien avergonzado y molesto se puso de pie
-¡A tomar por culo todos ustedes! –eso incremento la risa de los demás, pues ya habían pasado varias horas del suceso, ante ello se acerco el moreno leonino al heleno de escorpión
-¿Milo? –Arqueo una ceja - ¿estás bien?
-¡Sexhire!
-¿Qué?
-que diga ¡Aioria, eres tú! – sin más se arrojo a sus brazos, un confundido león le abrazo
-eso creo… ¿Qué rayos te pasa? –Toco su frente - ¿tienes fiebre? – El morocho negó con la cabeza -se ve que has tenido un sueño interesante
-más de lo que te imaginas, fue toda una locura, por cierto… tengo un acertijo para ti –el castaño no entendía en absoluto a Milo, le miraba con extrañeza pero con una cálida sonrisa
-¿Cuál es? -el heleno sonrió de manera morbosa para susurrar a su oído, las mejillas del leonino se encendieron observándole perplejo -¡Milo! – el otro comenzó a reír
-se acaba tu tiempo
-n…no lo sé… - exclamo asombrado y apenado a lo que el otro comenzó a reír, le tomo de la mano quizá se había traído bastante de aquel sueño
-entonces tengo mucho que enseñarte – le jalo hacia la salida, Aioria estuvo a un paso de quejarse sin embargo se dejo llevar por el peliazul ¿Qué había soñado Milo? –Sonrió- lo que fuera estaba ansioso por escucharlo y porque no, ponerlo en marcha.
Como todas las noches todos se reunían para cenar en el salón patriarcal y como siempre no faltaban las bebidas para amenizar un poco.
Dadas las ocho la mayoría ya se encontraba allí y los tragos comenzaron a rodar por la gran mesa, algunos los aceptaban con agrado y otros simplemente para no llevar la contraria a los demás, pero claro, todo con moderación.
-¿Qué te sirvo Milo? - pregunto Dohko levantando una botella y una copa.
-nada, gracias - ante sorpresa de todos el escorpión se había negado
-¿A qué se debe tu moderación? - menciono curioso Aioria.
-desde lo ocurrido en la fiesta de Athena prefiero ya no beber - menciono con algo de pena, puesto que los recuerdos de cómo había hecho el idiota bajo las influencias del alcohol le llegaban por ratos, ante las insistentes burlas de cáncer y capricornio.
Pasó la cena como siempre, sin embargo algunos ya comenzaban a desvariar y como todo no faltaba el que ebrio era: el conquistador, el dolido, el acosador, el burlón y el creído.
La “cena” estaba de los más animada, que incluso Camus y Shaka bebieron un poco, olvidándose por esa noche de sus deberes, Milo quien era uno de los sobrios ya estaba harto de la situación puesto que era el único que no se reía, el único que no encontraba gracioso que Shion estuviese dormido en la mesa, que Aioria mostrara sus pasos de chico go go arriba de la silla, así que aburrido se puso de pie.
-¿A dónde vas?
-me voy a dormir.
-vamos no seas aguafiestas
-ya me voy -en eso Dohko lo tomo por el cuello.
-¡anda vamos!!-alzando su copa.
-¡ya dije que no!!
-Vamos- le dio una botella semi vacía
-ya déjenlo en paz, si no quiere está bien él es más sano-sentencio Shaka
-¡ya dámela! – dijo algo enojado, pues ahora resultaba que la virgen lo entendía.
Milo bebió hasta la última gota de aquella botella y eso que no era mucha, pero sí que le quemo la garganta, hizo un sonido gutural por lo que la mayoría rio.
-dioses se harán mierda el hígado con eso… - le regreso la botella vacía a Dohko y se dirigió a los sillones donde se dejó caer.
-¡ouch! – se quejó puesto que un objeto duro había detenido su caída, se levantó un poco y se topó con un libro de pasta rígida y portada desgastada.
-¿Qué es…? – lo tomo en sus manos y para sorpresa era un cuento “Alicia en el país de las maravillas” quien era el dueño de aquel libro de cuentos y todo apuntaba nada más y nada menos que al santo de virgo, quien era el único que degustaba leer toda clase de libros.
Que hacia Shaka con ese libro para niños, la verdad no lo había leído completo, pero ya hacía mucho que un día pasando por las casas, había escuchado una plática de Shaka con Camus sobre aquel “maravilloso” libro e incluso recordaba que se había quedado a escuchar aquella platica, pero antes de oírla completa se había quedado dormido sobre los cojines de la casa de acuario, quizá era el momento de terminarlo de leer, lo ojeo un rato, le llamo la atención sí, pero no la suficiente pues a cada párrafo era un pestañeo, continuo leyendo, hasta que quedó dormido por lo que el libro cayo de sus piernas al suelo.
Poco después tanto movimiento le hizo abrir los ojos algo aturdido, se enderezo y noto el estado de todos.
-yo…te quiero musho….Aioria-menciona Seiya ebrio.
-ya cállate-le gritaba enfadado Shiryu.
-ya te dije que…….
-¡onii-san, ayúdame!-pedía desesperado Shun, quien sostenía de un brazo a Hyoga para no caer. Ikki miraba a todos.
Milo se puso de pie, chocando con el libro de nuevo por lo que lo recogió del piso y vio a un Camus mareado y tambaleante, por lo que se acercó a él y le echo una mano para llevarlo hasta el baño donde el acuariano descargo el vuelco de su estómago.
-¿estás bien?
-s…si (guaccc!!) – Milo solo arqueo su ceja y coloco justo al lado de su puerta para ver a Camus cuando saliera del baño y ayudarle, sin embargo comenzó a pestañear de nuevo y bostezando se sentó en el suelo acurrucado en el marco de una habitación continua, aun con el libro en sus manos trato de mirar fijamente a la puerta, pero el sueño se estaba apoderando de él.
-solo serán unos segundos – menciono para sí mismo en voz alta y cerro sus ojos.
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(Se oyen unos pajarillos cantar-bird bird!!)(Disculpen los terribles efectos de sonido xD)
-¿eh?-se despertó Milo -¡¿pe…pero qué diablos!!??-se encontraba en el jardín de…. ¿dónde diablos se encontraba??-Se puso inmediato de pie -pero….-miro a su alrededor, no era exactamente un jardín, sino un ¿bosque?, si eso parecía ¿por qué y cómo había llegado allí? Miraba a todos lados extrañado.
-¡wow!! ¡Se me hizo tarde!! -se alcanzó a oír a lo lejos.
-¿eh?-Milo viro pero al parecer no estaba solo, alguien se aproximaba por….
-¡eh! ¿Pero a qué hora salió este sendero??
- tengo que darme prisa-venia corriendo un chico de cabellos verdes, muy apurado.
-pero si es…. El caballero de bronce… ¡SHUN!!-llego hasta el ¿Shun?, vestido con un traje blanco, y llevaba puestas unas graciosas orejas de conejo.
-Shun ¿dónde estamos? y ¿por qué traes esas ridículas orejitas??
-¿Shun? A quien le hablas…- pregunto curioso y extrañado aquel chico
-¿cómo que a quien le hablo? Déjate de juegos por supuesto que a ti.
-yo no soy “Shun”-y movió su dedo hacia los lados – ¡se te olvidaron unas letras!!
-¿unas letras? Pero si es S-H-U-N –se lo deletreo comenzando a enojarse con el ridículo juego de Shun, seguro los caballeros lo habían arrastrado hasta el jardín, pero… este no era el bosque que se ubicaba detrás del santuario.
-no, no… yo soy el conejo blanco Shunny.
-¿qué?? Espectros… bebiste demasiado - Milo enfadado comenzaba al mismo tiempo a asustarse con el comportamiento tan extraño de “Shunny”.
-¡waaa!!!- grito el menor -¡se me está haciendo tarde!!
-pe…pero a ¿dónde vas?
-como que a donde, ¡a la fiesta de la reina! ¡A mí me toca llevar las sardinas!!-dijo levantando una canasta.
-¿eh? pero si son….con...dones…-dijo un Milo más asustado.
-condones, sardinas ¿cuál es la diferencia? ¡Waaa! - Volvió a gritar, esta vez con un reloj enorme
-me voy, me voy, me voy –siguiendo su camino dejando aun Milo perplejo de lado.
-¡espera!!!-Shunny empezó a correr, mientras el peliazul iba detrás de él.
“Desde cuando es tan rápido” –pensaba el escorpión furioso, quería una explicación y la quería ahora; a lo lejos vio una casa, no, era una mansión.
-¡ahh!!-exclamo- ¡es la mansión de Athena! -Shunny entro en ella, dejando la puerta abierta.
-¡espera!! – Milo entro también -¿eh?- se halló en un cuarto, con una pequeña puertecilla al frente, miro hacia atrás y ¡¡ya no había puerta!!
-¡mierda!! ¿Pero qué diablos está pasando??-frente a él apareció una mesa, se acercó con cautela y había un pequeño cofrecillo con dulces que tenían escrito “Cómeme”
-¡esto tiene que ser una broma! Pero claro que es una broma, ¡vamos Milo!! Eres un caballero `orado, como no te diste cuenta de la broma de los de bronce – mencionaba en voz alta.
-vamos salgan ya, es suficiente, caí en su trampa, pero se acabó… - ante el silencio, suspiro
-¡bien! ¡Bien! Me lo comeré… mejor para mí – tomo uno de aquellos dulces y lo mordió -¿contentos? – pero comenzó a hacerse diminuto.
-¡AAAaaa! - quedo en medio de sus prendas, que comenzaban a sofocarle, por lo que se las quito de encima.
-joder… estoy… estoy… - en efecto estaba totalmente desnudo, pues sus ropas habían quedado enormes, a pesar de que se encontraba solo, con un poco de pena, coloco ambas manos en sus genitales.
“Y ahora qué hago” - sin embargo se percató que ya estaba del tamaño de la puertecilla, por lo que se acercó y giro la perilla; la puertecilla se abrió, había un túnel obscuro, por el que decidió caminar, cuando logro salir, vio la pequeña cola esponjada de Shunny.
- espe….-pero antes de gritar recordó que estaba desnudo, sin embargo de nuevo había entrado de nuevo a un bosque.
-¡rayos no otra vez!!- camino, mirando que no estuviese nadie allí y se percatara de su condición algo indecorosa, comenzó a caminar razonando el ¿dónde estaba? ¿Por qué estaba allí? Y claro el ¿Cómo salir? Cuando la presencia de un nuevo cosmos le hizo salir de sus cabales, miro a todos lados, sin hallar respuesta.
-pero… si no hay nadie aquí…
-¿eso crees??
-¿eso crees??-se oyó en coro, por lo que Milo miro hacia atrás.
-¡ahhhh!! -grito cubriéndose con ambas manos
-¿Qqé… qué hacen aquí??- ante el estaban Saga y Kanon quienes portaban una extraña pero provocativa vestimenta, era un pequeño pero ajustado, short de cuero, y una camiseta negra ajustada, sin mangas.
-la pregunta sería ¿qué haces tú aquí?
-Saga, Kanon, ¿dónde espectros estamos?
-no, no se te olvido algo – decían con una vocecita rara y en coro
-¿qué?- “no otra vez”
-yo soy Saga-dim
-y yo soy Kanon-dum
-…- Milo no podía creer esto, ¡todos se habían vuelto locos!! Así que quiso salir huyendo de allí pero no sabía dónde estaba la salida, ni siquiera sabía dónde estaba, así que se dio media vuelta pero Saga-dim y Kanon-dum le cerraron el paso.
-déjenme pasar – dijo sin vacilar y notablemente serio.
-¡no!
-maldita sea, ¡vamos!! -la desesperación se estaba apoderando de el
-¿quieres ropa?-sugirió saga.
-¿tienen? ¿De verdad? si, si la quiero…
-ahhh, pero primero deberás ganártela.
-¿eh?
-¡Juguemos a acertijos o castigos!!!!-dijeron en coro.
-b…bueno-menciono con cierta desconfianza -pero como se juega – prefirió seguirles el juego, pues algo en su interior le decía que para salir de allí, ellos serían la clave.
-nuestro juego consta de decir la respuesta correcta y realizarla o si no pierdes y te toca un ¡castigo!!
-está bien- “después de todo para salir de aquí, necesito la ropa, además son saga y Kanon de seguro me preguntaran algo de historia o cosas así…”
-entonces empecemos -dijeron a coro, sacando dos dados.
-¿qué es eso?
-son dados bobo ¬¬
-¡ya sé que son!!!
-¡pues en cada dado esta una de nuestras caras, la que toque, será el que te dirá que te toca!!
-de…de acuerdo-saga y Kanon lanzaron los dados, giraron y cayó en ambos la cara de Saga-dim.
-bien – “Saga, el será más considerado”
-bien-menciono este, mientras en su rostro se pintó una sonrisa maliciosa.
-¿Cuál es el nuevo 69?
-¡que!- Milo se puso todo rojo y claro algo nervioso; mientras Kanon-dum reía disimuladamente
-¿qué clase de “acertijo” es ese?
-¡tienes que contestar!
-he... -Pensando, por lo que coloca un dedo en su barbilla -“mierda, está hablando en serio, este…veamos, una vez Shura, tenía un libro que hablaba sobre eso, pero que decía….”
-¡se acabó el tiempooo!! ¿Cuál es tu respuesta?
-he… bueno ambos se…. –dudo un poco - se ponen a la inversa y ¿se la maman?-dijo con cierta duda.
-¡buUuUuU!!!, perdiste!!-exclamaron a coro.
-¡¿qué??!
-¡así que ahora te mereces un castigo!!-con una mirada de lascivia, se le acerco Kanon
-¿a qué te…….?-pero antes de poder articular algo, le soltó 3 latigazos.
-…. –Milo acallo el dolor y el impacto mordiéndose los labios.
-¡se…serás cabron!!-pero antes de golpear a Saga, Kanon lo tomo de los brazos.
-¿ah!? ¿Qué?
-tss… no, no Milo te equivocaste, así que por eso recibiste tu castigo, pero…te daremos un premio de consolación…
-¡¿Suéltame, de que hablas?!
-sabes, estuviste en lo correcto solo que te falto un insignificante detalle.
-¿ah?- saga tomo las piernas de Milo y comenzó a acariciarlas, este se tensó, tomo su miembro, y se lo introdujo en la boca.
-ahhh!!-gimió Milo
-¿q…qué...ha... ¡ahh!! Haces?- el peliazul haciendo oídos sordos continuaba con su “premio de consolación”, mientras le detenía con las manos las piernas y Kanon los brazos.
- ahora es mi turno-exclamo Kanon.
- ¿de qué hablas? – menciono entrecortado y con las mejillas enrojecidas
-sabes Milo, hay veces en las que actúas como un vale madre y otras como un niño, pero todos nos damos cuenta de cómo eres en realidad…
-de que… ¡AHHHH!!!-saga introdujo un dedo en su entrada, moviéndolo despacio; para por un instante dejar de lado su miembro.
-sabes eso fue lo que te falto mencionar- continuo con su maniobra.
-¡ahhh! Por qué… hacen esto… - sus ojos comenzaban a entrecerrarse y su respiración se agitaba, a pesar de los forcejeos en vano, trataba de no mirar a saga, quien veía hacia arriba fijamente a los ojos de Milo, mientras su lengua se movía con maestría en la punta, eso era un detonante, no era de los “rapidines” pero ver al mayor de los geminiano con ese rostro lujurioso, haciéndole un buen felatio
-Milo, ¿sabías que le gustas a alguien del santuario?
-¡ah!!!-Milo se descargó en la boca de saga, por lo que Kanon, le soltó de los brazos y este cayó de rodillas al suelo, intentando normalizar su respiración.
-de…que – jadeando – hablas… creí que no sabías nada del… -¿eh? - Miro a todos lados y se halló solo, se puso de pie, aun con sus piernas tambaleantes y frente al estaba un tronco cortado y un paquete sobre él, Milo se aproximó para tomarlo entre sus manos
.:.: Aquí está el pago, por jugar con nosotros a los acertijos,
Sin embargo, no dijimos que fuese el mejor…..:::.
Milo dejo de lado la nota y abrió el “pago”
-hijos de…..-lo que tenía el escorpión en sus manos, era un traje, estilo Hércules, que sin dudar y tan solo de vista se veía, una talla, menos que la que él era.
“esos cabrones, cuando logre salir de aquí, los voy a….”, -Milo no muy convencido se puso, el atuendo.
-me veo ridículo -decía para sí y una vez así escucho a alguien cantar, ya era demasiado sin embargo, siguió por el sendero, que había aparecido frente a él
Cap. 2
Gimoteo con molestia mientras su mano despegaba las apretadas prendas que se colaban por la abertura de sus glúteos, aquel traje de “Hércules” le estaba haciendo pasar un muy mal rato.
-Bravo Milo, bravo… te llevas el idiota de oro este año –refunfuño entre dientes mientras seguía caminando por aquel sendero que cada vez se hacía más chico, los canticos se oían cada vez más cerca, arqueo una ceja al notar que ya no había camino, piso el verdoso césped escuchando quejar a alguien, dio un respingo haciéndose hacia atrás ¿acaso el pasto se quejaba? Negó con su cabeza creyéndose loco
-Esto no puede estar pasando…
-¿te refieres a que la naturaleza no siente? –hablo alguien a su espaldas, el peliazul giro con rapidez, encontrándose con… abrió sus ojos lo mas que pudo
-¡¿Afrodita!? -exclamo sorprendido, viendo al santo de piscis vestido… de… ¿flor? - Pero que espectros traes puesto, donde estamos y…
-demasiadas preguntas –sonrío con malicia – por lo que veo, quieres salir de aquí ¿no? –pregunto abanicando lo que parecían ser hojas
- por supuesto que sí, este lugar es para maniacos y… eso que ni siquiera sé donde estoy
-Bien, bien… te ayudare
-¿en serio? –lo miro esperanzado
-Si primero me escuchas cantar… -el moreno bufo molesto, asintiendo con la cabeza, en cuanto saliera de ahí, todos…. Todos se la pagarían muy cara, la enorme flor que ahora era afrodita se irguió para calentar su garganta, Milo se cruzo de brazos esperando, mientras ideaba como escaparse.
- Dame el tono… -hablo el ex –piscis, el escorpión lo miro sin entender, cuando comenzó a sonar música
-serán imbéciles seguro es la grabadora de Aioria… - con sus hiervas le tapo la boca, para comenzar a “cantar” al ritmo de la movida música, todo iba bien hasta que
-El disco de mi mente se reciente con tu corazón… el disco de tu corazón no ves que es necesario terminar en una habitación… pasamos a lo bueno, deshazte de tu ropa y dime ah ah ah ah ahhh -en la última parte comenzó a jadear, por lo que la sangre acudió de golpe a las mejillas de Milo -pasemos a lo bueno -repitió su coro – vamos canta conmigo –apoyado con sus yerbas y malezas que ahora tenía por cuerpo, levanto a Milo cual muñeco de trapo a pesar de los forcejeos de este
-No pienso hacer nada
-entonces no te ayudare… - lo miro molesto afrodita, frunciendo el entrecejo, Milo se odio internamente
-No ves que es necesario –hablo con desgano, tratando de acordarse de aquella letrilla indecorosa
-¡Ah si no! – se quejo
-¿Entonces como carajos quieres que te ayude? –el moreno estaba por explotar
-eres un idiota… -mascullo para después sonreír –yo te ayudare –extendió mas sus tallos para poder tomar realmente a Milo y que sus extendidas hiervas comenzaran a tocarlo
-¡qué crees que haces! –se tenso, retorciéndose para liberarse, sin embargo, aquellas plantas que se sentían de manera extraña, miro hacia abajo para sobresaltarse las plantas se habían convertido en manos que lo recorrían sin pudor, acariciando con fervor su bronceada piel dándole un cosquilleo en la parte baja del abdomen
-basta… -trato de ahogar sus quejidos; pero aquello no ayudaba en nada, por encima de la ropa esas manos le tanteaban con deseo, apretujaban sus pezones retorciéndolos poniéndolos erectos, recorrían sus glúteos deslizando sus dedos por la comisura de aquel traje que se le pegaba cada vez más, no se rendiría por mucho que afrodita hiciera; pero todo se vino abajo cuando dos manos se colaron en la parte interna de la ropa, palpando su miembro jalando sin cuidado el prepucio
-¡AHHH! –jadeo retorciéndose, sintiendo un enorme escalofrío en su espina dorsal que le continuo hasta la nuca.
-Eso era lo que esperaba –sonrió satisfecho el piscis para que la música continuara al igual que las caricias –El disco de mi mente se reciente con tu corazón -continuo cantando, sin importarle la situación de su compañero – Invítame a tu habitación… pasemos a lo bueno deshazte de tu ropa y dime… - guardo silencio esperando que Milo continuara y así fue, por impulso Milo comenzó a jadear por las caricias impartidas, quedando a tono con la lujuriosa canción
-Ah ah ah ahhh – cerro sus ojos avergonzado, sentía su rostro hervir al igual que la tensión de sus músculos
- Muñeco te lo ruego… agítame la boca & dime -guardo silencio disfrutando de la escena, en las partes donde le tocaba “cantar” al buen escorpión las caricias se acrecentaban sin compasión dejándole ronco
-¡Ahhh ahhh!! -el moreno trataba de analizar la situación, pero en aquel escenario le era imposible pensar con la cabeza fría, hasta que por fin se dio cuenta –esto es… ¡ahhh! Alicia… el maldito cuento… -al pronunciar eso, afrodita frunció el ceño
-¡Bah! Eres un aburrido… yo que quería ver como llovía agüita blanca ¡largo! –cual muñeca lo agito para lanzarlo a volar, haciéndole caer un pequeño estanque, emergió sin problemas dando una bocanada de aire
-mierda… mierda… - tendría que salir rápido de ahí, el traje comenzaba a encogerse o a disolverse que era aun peor -¡Maldita loca! –Grito hacia atrás esperando ser escuchado por aquel capullo, que solo se había divertido con él, al menos ya sabía dónde se encontraba – demonios… - hablo desganado para sí – pero … no sé cómo termina el cuento –se deprimió ¿acaso jamás saldría de ahí? Salió del agua para tratar de exprimir el traje, resoplo, ahora sí que estaba perdido, comenzó a caminar atorándose entre las ramas y flores, odiaba esa diminuta altura, además que el traje seguía incomodándole, un olor en peculiar lleno sus fosas nasales al igual que ciertas incoherencias dichas al aire
-¡ah! ¡Oh…si! -esa voz se le hacía muy conocida, corrió abriéndose paso entre todo para encontrar a… ¿Shiryu?
-Caballero de bronce – corrió hasta el con una sonrisa, el aludido postrado en un hongo tomaba el sol, cual ¿lagartija? Pintando totalmente de verde, sostenía una especie de historieta, miro al peliazul con desprecio
-¿Quién eres tú? –pregunto molesto, hojeando su librito
-Soy Milo de…
-eso no importa
-pero si me acabas de… - Milo se molesto, seguramente saldría con sus estupideces también, sus mejillas se coloraron al recordar –tu que estás leyendo ¿sabes cómo salir de aquí?
-¿leer? –Sonrió –simplemente veo los dibujos -mostro su historieta, la cual era una revista porno!2C Milo se sorprendió le miro con extrañeza
-No me importa… me largo… - prefirió seguir con su camino
-Espera… -le llamo, el peliazul lo miro
-¿Qué quieres, burlarte más?
-Exacticamente que es lo que quieres…
-Exac….exactic.. ash quiero saber cómo salir de aquí o al menos ser más grande
-¿grande? –La lagartija se acomodo en el hongo, para leer con mayor comodidad -¿para qué?
- joder ¿no ves? –rio el recordar los incidentes de Shiryu, pero prosiguió - 11 centímetros no es nada
-¡NADA! – Se puso de pie molesto, arrojándole la revista a la cara – ¡ESA ES EXACTICAMENTE LA MEDIDA DE MI PENE! –Milo se hizo hacia atrás
-no me grites imbécil… ¿Quién te has creído? – apunto con su uña al otro, pero antes de siquiera tocarlo, el otro se evaporo -¿eh?
-por cierto que un lado te hará crecer…
-¿Qué? –miro hacia arriba, al verlo convertido en un ¿mariposa? Aunque se quedo anonadado sus alas parecían, sacudió la cabeza ignorando el hecho
-y el otro te hará más pequeño
-¿el lado de qué?
-Del hongo imbécil – gritoneo para echarse a volar, el peliazul parpadeaba varias veces sorprendido, miro el hongo que tenía una apariencia cabezona muy en particular, se quejo en un suspiro para acercarse a él, trato de todas las maneras de arrancar un trozo, pero le fue imposible, por lo que opto por arrodillarse, miro antes a todos lados para asegurarse solo, paso un mechón de cabello detrás de su oreja y sin explicarse porque cerró los ojos para dar una pequeña lamida al centro del hongo de inmediato llego a su estatura normal
-aprieta… aprieta… - se quejo del traje, tratando de jalarlo para hacerlo más grande, pero le fue imposible, tenía que buscar ayuda o algo que le quitara aquella molesta tela que, con sus manos no podía romper, corrió por el bosque adentrándose cada vez más, hasta llegar a un enorme tronco donde había confusas señales
“Por donde será” –pensó tratando de hacerlo bien, mientras hacia lo imposible por respirar, nuevamente escucho hablar a alguien
-estoy harto de esto –se quejo, la voz seguía hablando incoherencias, el peliazul buscaba con la mirada
-Humm ¿buscabas algo? -el moreno viro para encontrarse con quien su corazón palpito de prisa, el sabría como ayudarlo
-¡Aioria! -se freno en seco –pero… si no eras más que un gato…
- el gato… Sexhire –sonrió, para aparecer a su lado tal y como era, solo que ahora traía unas lindas y afelpadas orejitas y una esponjada cola de gato
-Aioria… tienes que ayudarme a salir de aquí… -el otro sonrió para abrazarlo acaparadoramente -¿Qué haces? – el castaño rozo con su mano la espalda de Milo destensando el apretado traje, haciéndolo más holgado
-si realmente quieres salir de aquí… yo puedo ayudarte…
-¿en serio? Yo sabía que tú… -lo miro esperanzado
-pero primero… tendrás que… hacerme
-no mas por favor, estoy harto de que me pidan cosas estúpidas para salir de aquí, yo solo quiero volver a casa y si tu pudieses… -Aioria se separo de él, para acomodar de mejor manera sus orejitas
-Si no quieres hacerme un favor entonces ve donde el sombrerero pervertido…
-no, si tu puedes ayudarme no veo el porqué –el peliazul comenzaba a molestarse de nuevo
- O tal vez con la liebre… aunque también es una pervertida
-¡Que no quiero tener tratos con degenerados!
- que lastima… aquí todos son así, incluso… yo – volvió a abrazarlo, a pesar de querer negarse Milo cedió
-¿Qué clase de favor? -de momento a otro se encontraban en la rama del frondoso árbol
-Déjame darte calor -sonrió de oreja a oreja disfrutando de la expresión del escorpión
- ¿y juras que me ayudaras a salir de aquí? – Sexhire asintió, Milo se dejo a su disposición, de momento a otro el castaño comenzaba a vagar sus manos por aquel cuerpo bronceado, quien cerraba sus ojos, tratando de calmar sus ansias y nervios, deposito un húmedo beso en su cuello para bajar con avidez aquel traje Hércules dejando al descubierto sus hombros primero, bajo las tirantes para ir besando su rastro, mientras con su mano frotaba por encima el miembro viril del escorpión
-tú también –pidió jadeante, colkcando la mano del peliazul sobre su miembro, aun por encima de la ropa, Milo comenzó a mover lentamente su mano, sintiendo el palpitante pedazo del castaño, su rostro se coloro de manera febril, un lamida secundada por una mordida en su pezón derecho le hizo dar un jadeo el cual no pudo acallar
-¡ah! –gimoteo revolviéndose, Aioria miro hacia arriba, endulzándose con el rostro de su acompañante
-¿Cómo te ha tratado el cuento, Milo? –pregunto retorciendo con sus dientes el pequeño pezón del peliazul, quien abrió sus ojos de golpe, sintiéndolos vidriosos
-creí que no sabias nada… - se aferro a la madera rasposa del tronco
-este mundo es demasiado enfermo –rio para soltarlo, dejándole erecto y húmedo, para proseguir con el otro –pero jamás te olvidaría… -recorrió su abdomen dejando un rastro de saliva
-¿entonces porque me haces esto, Ai? -el gato se detuvo en seco con el nombre dicho, Milo lo sabía muy en su inconsciencia, si realmente ese era su amigo Aioria se detendría, si no sucedía realmente estaba perdido, el castaño se incorporo para mirarlo fijamente, Milo lo observo de igual manera, leo rio
-tal vez sea una lección por no saber ni siquiera con quien estas y dejarte hacer esto o… para que veas lo que le provocas a todos en el santuario
-¿Qué? –inquirió enderezándose
-pregúntaselo a la reina… quizá pueda ayudarte…
-de que hablas creí que tu… - de pronto Milo se encontró nuevamente en un sendero -¿pero qué demonios?
-¡Que el sombrero & la liebre te guíen… yo aun tengo demasiado calor! – comenzó a reír, desapareciendo, el peliazul resoplo, miro hacia el frente viendo una alocada fiesta realizada en una mesa, no sabía de donde estaba ni a donde iba, pero algo le indicaba que para salir de ahí, tendría que hablar con esa dichosa “reina” pero al menos, se encontraba cada vez más cerca de ella.
Capitulo 3.
Camino por aquel verdoso camino, si podía observar con detenimiento se daba cuenta que el lugar era precisamente hermoso de no ser por aquellos pervertidos; que, hablando de ellos había llegado a un jardín bardeado por una cerca blanca donde se encontraban tres personas cantando singulares canciones mientras bebían té y al parecer galletas, sin más, entro empujando aquella puertecilla que crujió atrayendo su atención
-¡Ya no hay camas! ¡Ya no hay camas! –repetían como posesos acercándose al morocho quien retrocedió dándose cuenta de quienes eran sus “particulares” amigos
-¡Shaka! ¡Seiya! –sonrío aunque no sabía si estar aliviado o salir corriendo
-¡Ya te hemos dicho forastero que no hay camas disponibles! -vocifero el aparente caballero de bronce
-¿Camas? ¿De qué rayos hablas? No, no me digas, seguramente es otras de sus tonterías para hacerme quedar como un idiota – respondió entre dientes
-¿Cómo un idiota? ¡Pero si ya lo eres! – Comenzó a reír con burla – No hay camas disponibles – repitió - ¿Lo ves? –señalo hacia la izquierda del moreno donde señalaba 8 camas donde, en ellas; se disponían en una batalla sexual los caballeros de plata, horrorizado, Milo retrocedió chocando contra la mesa
-Yo no quiero una cama, ni mucho menos quiero estar aquí
-¡ah! Pero es de mala educación interrumpir un encuentro y más si no traes condones -hablo el rubio de virgo agitando su mano donde traía el sobre de un condón, se levanto una cortina que dejo ver al caballero de capricornio teñido de color verde totalmente desnudo amarrado con cinturones
-de mala, muy mala educación – hablo con voz soñolienta dejando caer nuevamente la cortina, el heleno no sabía qué hacer, tenia tanto ¿miedo?
-Por cierto… -hablo el virgo quien poseía un sombrero de color verde que resaltaba con su cabellera – te invitamos una taza de té
-No, yo me voy de aquí –el moreno estaba por salir cuando fue detenido por un Seiya con orejas de liebre
-¡vamos, vamos! Solo una taza de pé, para celebrar nuestro ¡viernes de sexo! -sentó al moreno entre empujones en un sofá violeta, a pesar de negarse se sentó observándoles preocupado por lo que pudiesen hacerle este par de maniacos y el pobre Shura, observo a la cortina
-Toma –el rubio le extendió una tacita, la cual moreno tomo con dudas pues el virgo tenía una sonrisa maquiavélica pintada de oreja a oreja
-¿Qué es? ¿Ustedes podrían decirme como salir de aquí?
-Para salir de aquí tienes que ver a la reina, ella lo sabe todo
-¿Quién es?
-¿Quién?
-La reina
-¿Cuál reina? –comenzó a reír la libre-Seiya exasperando al mayor, al notarlo el rubio cambio de asiento
-Bébelo…. Bébelo – incito casi echándole encima el espeso liquido –si lo haces, yo te ayudare –esperanzado y contra empujones el peliazul bebió el osado “té” sin embargo apenas lo trago se quedo en shock, soltó la taza haciendo que se rompiera en mil pedazos, el color subió de golpe a sus mejillas, su cuerpo sentía un calor impresionante que podría jurar se evaporaba de sus músculos, observo al rubio quien aún mostraba esa sonrisa - ¿Y bien? – pregunto divertido, pero antes de obtener una respuesta el peliazul se le fue encima tumbándolo de la silla para besarlo como poseso, se unieron en un húmedo y excitante beso
-¡Si si, viernes de sexo! –menciono Seiya arrojando condones al aire, mientras que un noqueado Milo desvestía al rubio besando todo rastro visible de su piel, lamiendo su pecho y pezones dejando caminos de salina saliva, el otro sin perder tiempo le quito el traje deslizando los tirantes por sus hombros para dejar mordidas por su acanelada piel
-¡Ah! –Jadeo el escorpión -¿Qué… que me diste? –cuestiono cegado por el deseo y el calor
-¡oh! ¿No te lo dije? Era un afrodisiaco en té, uno muy potente y por lo que veo -paseo una mano por el miembro de Milo, haciendo que arqueara su espalda – te puso muy dócil – esta vez cambiaron los papeles pues el rubio se incorporo para dejar a Milo en el suelo y de esa forma poder quitarle el traje, teniéndolo a su merced a cada roce la piel de Milo se erizaba haciéndole temblar, comenzó a masturbarlo disfrutando de como su cuerpo se contraía apretando su abdomen, mientras que su boca no callaba sus gemidos incontrolados que volverían loco a cualquiera
-Sha… ka –jadeo su nombre rasguñando la espalda de aquel que recorría sin pudor su cuerpo – no puedo…detenerme
-¡Ah Milo! Esto es… delicioso – encamino dos dedos a su entrada que al tantearla el heleno cerro las piernas
-No espera… - a pesar de la situación intento detenerle, su cuerpo quemaba terriblemente pero no cedería de esa forma, su voz se escuchaba débil y ronca, al igual que sus ojos llorosos presos del calor que calcinaba su interior, el sombrerero le miro con gracia
-¿puedes pedir que me detenga cuando muestras esa facción? –pregunto acomodándose entre sus piernas, a un paso de penetrarlo Milo comenzó a llorar desesperado el sitio para dementes, estaba atrapado en una horrible dimensión que ni siquiera podría disfrutar, le causaba un revuelco terriblemente doloroso
-¡Sexhire! –llamo por su nuevo nombre al que alguna vez considero más que su mejor amigo de pronto las caricias de Shaka solo fueron un banal recuerdo pues se extinguieron dejándolo desnudo en medio de la nada –pero… esto –se puso de pie a duras penas olvidando la vergüenza de hallarse sin ropa, pero aun ajetreado por aquel afrodisiaco, en medio de la obscuridad comenzó a brillar un destello, el peliazul atontado por él se acerco ¿Qué es? Cavilo en su mente, no eran más que las esponjadas orejitas de Sexhire
-¡Aioria! –exclamo sorprendido, observando como el otro hacia acto de presencia
-Para salir de aquí –exclamo con cierta molestia ¿acaso… le había molestado que Shaka sombrerero hubiese ido más lejos que él? –tendrás que encontrar a la reina de penecillos
-¿A la que? ¿Pero donde rayos la encuentro? -Aioria chasqueo la lengua para acercarse a él meneando su cola de gato hasta llegar a un árbol donde puso la mano, Milo arqueo una ceja acercándose - ¿En el arb…? - no pudo continuar pues el castaño le robo un apasionante beso para seguido empujarlo contra el árbol donde se abrió un agujero en forma de miembro (.|.) Milo rodo por el suelo entrando a otro jardín -¿pero qué rayos? –se puso de pie ahora portando un vestido color azul pastel igual de pegado que el traje pasado, observo el sitio y a lo lejos distinguió a tres personas, camino hasta ellos al percatarse que el agujero había desaparecido, al acercarse se dio cuenta que eran Aiakos, Minos y Radamanthys
-¡Los espectros! –exclamo anonado notando como portaban trajes parecidos a tarjetas, solo que en este caso – pero si son… - los tres viraron sosteniendo pañuelos
-¿Espectros? ¡No señor! –dijeron a unisonó, mientras limpiaban cierta materia viscosa de los arboles – Yo soy la carta de los 3 penecillos negros –exclamo Aiakos apresurándose a limpiar
-Y yo los 5 penecillos rojos -le secundo Radamanthys, para que Minos se acercara al peliazul
-yo no soy más que el as - exclamo notando que no era más que semen Milo prefirió no preguntar qué era lo que hacían
-Radamanthys, Minos y Aiakos también… esto no puede ser peor – le interrumpió el atolondrado Shunny que entro tocando la trompeta
-¡La reina! –exclamaron los tres, arrojando los pañuelos para inclinarse en el suelo llevándose consigo a Milo, quien levanto a duras penas la mirada
-Su… su alteza imperial, su alteza serenísima, ¡La reina de penecillos! –grito Shunny, en medio de ellos camino nada más y nada menos que…
-¡HADES! –exclamo observando al dios del inframundo portando un traje de cuero que hacia resaltar su escultural cuerpo, mientras jalaba una cadena que llevaba al cuello la persona que casi hace desmallar a Milo
- y el rey –exclamo Shunny tomando aire, el rey era el singular Caballero de Acuario quien portaba una tanga de cuero, en su cuello llevaba un collar de plata donde iniciaba la cadena que llevaba Hades en la mano, caminaron hacia los tronos que se encontraban en un altar, ante ellos se inclinaron todos los espectros vestidos de cartas con penecillos, Milo pudo observar también a Shaka sombrerero, Seiya la liebre, los gemelos dim y dum al igual que a los caballeros de plata en medio de la multitud que se postraba ante el dios convertido ahora en reina
- ¿Y las sardinas? –Pregunto la reina de penecillos mientras Camus se arrodillaba a su lado, con un perfil esculturalmente delicioso, entre todos Shun saco una canasta dándole los condones del inicio, Hades sonrío -¡Que empiecen las festividades!
-¿Festividades? ¡Camus que haces ahí y de esa manera!
-¡Silencio! –sentencio hades reina de penecillos – ya va a iniciar la orgia –al escuchar eso Milo palideció, tenía que salir de ahí observo a sus espaldas y todos sus conocidos comenzaron a besarse, a lamer y tocar sus cuerpos sin tapujos ni restricciones, se encontraban ahora desnudos dándose placer mutuo
-¡TENGO QUE SALIR DE AQUÍ! –grito Milo comenzando a correr, pero fue detenido por las cartas
-¡¿Quién es este intruso!? –cuestiono el rey poniéndose de pie, haciendo sonar la cadena que llevaba al cuello
-¡es el loco! ¡El loco! –grito Seiya dejando de besar a Shura
-¿el loco? –cuestiono Camus
-¡como se atreve a interrumpir mi orgía! –Grito enfurecido Hades - ¡Córtenle la cabeza
-¡auch! -exclamaron los presentes
-¡Esa no idiotas, la otra!
-¡Ahhh! –se pusieron de pie para detener a aquel enloquecido intruso, por lo que asustado Milo comenzó a correr con la turba sexosa enfurecida detrás de el
-¡Atrápenlo por ordenes del rey! –grito Camus para seguido besar a su reina de penecillos y correr ambos también tras el morocho, de pronto todo lo que veía eran los escenarios pasados por los que había transitado en eso enloquecido lugar
-¡viernes de no sexo! –exclamaban Shaka y Seiya, a lo que el heleno los esquivo
-¡Sexhire! ¡Sexhire! ¡Ayúdame! – Jadeo cansado, a su lado apareció el castaño aún portando sus orejitas - ¡Aioria! Tienes que ayudarme, sácame de aquí o esos maniacos van a violarme hasta abrirme como una nuez –el castaño comenzó a reír lamiendo su mano
-Pero Milo, si nunca has entrado aquí
-¿Qué? -miro hacia atrás, sin embargo Aioria le tomo de la mano a lo que Milo dirigió su mirada directo a los ojos del castaño, se perdió en aquellas imponentes orbes donde se vio reflejado aún recargado en el marco de la puerta del baño -¡Pero si todo ha sido un sueño! ¡Milo despierta! ¡Milo! ¡Milo! – antes de seguir con sus atolondrados gritos fue besado nuevamente por el leonino antes de ser atrapados por esos maniacos, a lo que Milo se sumió en la obscuridad
-¡Milo! ¡Milo! –repetían de forma molesta su nombre a lo que el peliazul frunció el entrecejo despertándose de forma violenta
-¡QUE NO QUIERO TENER SEXO CON USTEDES! –grito en medio de todos sus compañeros de armas que comenzaron a reír
-¿de qué rayos hablas? –el heleno respiraba agitado observando a todos lados, había regresado
-diablos Milo, nosotros no las tomamos y a ti te hacen efecto – bromeo Muu
- ¡y de qué forma! – exclamo divertido Death señalando la mancha húmeda en la entrepierna del peliazul, quien avergonzado y molesto se puso de pie
-¡A tomar por culo todos ustedes! –eso incremento la risa de los demás, pues ya habían pasado varias horas del suceso, ante ello se acerco el moreno leonino al heleno de escorpión
-¿Milo? –Arqueo una ceja - ¿estás bien?
-¡Sexhire!
-¿Qué?
-que diga ¡Aioria, eres tú! – sin más se arrojo a sus brazos, un confundido león le abrazo
-eso creo… ¿Qué rayos te pasa? –Toco su frente - ¿tienes fiebre? – El morocho negó con la cabeza -se ve que has tenido un sueño interesante
-más de lo que te imaginas, fue toda una locura, por cierto… tengo un acertijo para ti –el castaño no entendía en absoluto a Milo, le miraba con extrañeza pero con una cálida sonrisa
-¿Cuál es? -el heleno sonrió de manera morbosa para susurrar a su oído, las mejillas del leonino se encendieron observándole perplejo -¡Milo! – el otro comenzó a reír
-se acaba tu tiempo
-n…no lo sé… - exclamo asombrado y apenado a lo que el otro comenzó a reír, le tomo de la mano quizá se había traído bastante de aquel sueño
-entonces tengo mucho que enseñarte – le jalo hacia la salida, Aioria estuvo a un paso de quejarse sin embargo se dejo llevar por el peliazul ¿Qué había soñado Milo? –Sonrió- lo que fuera estaba ansioso por escucharlo y porque no, ponerlo en marcha.
que onda!!! esta muy buenos tus trabajos tienen un estilo que dices uhhh!! y respeto a tus blogs esta muy bien organizado auqne aborresco la musica de naruto
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