Juguemos a amarnos ( Aiakos x Milo) N-17
Saint Seiya Yaoi
...........
Los años pasan demasiado rápido, en un pestañeo se te puede ir la vida sin notarlo, pero cuando despiertas de ese letargo te das cuenta de que han pasado cosas sin percibirlo…será que puedes excusarte por ello… puedes excusarte por cosas que haces y decir –no lo sabía, paso demasiado rápido. Esa es tu perdición, pues ocurren cosas de las que puedes arrepentirte, pero ya es demasiado tarde, puedes perder algo valioso, puedes herir con tus palabras a alguien especial, puedes cometer locuras, puedes…enamorarte de tu propio hermano.
Cuando tenía 12 años, Aiacos mi hermano se fue mudo a los dormitorios de la Preparatoria colectiva de Grecia, en este tiempo me dolió demasiado el que el partiera, pero ¿Qué podía hacer yo? Con el paso del tiempo el no verlo se hizo algo habitual, al pasar 4 años el ingreso a la Universidad de Servicio social, hablaba a menudo con mamá los fines de semana, pero ¿preguntaba por mí? Solo por mera obligación, cuando llevaba un año en la universidad, cambio su carrera a psicología, después de eso mis padres saldrían de paseo el fin de semana y yo fingí tener demasiada tarea para zafarme del “viajecito” y ese entonces mi “martirio” comenzó pues mi hermano regreso…
---.
Se halla un chico de cabellera azul sobre su cama con una computadora en las piernas y el reflejo de la luz de esta le destellaba en el rostro, la calma se distinguía pues solo se escuchaba el sonido de las teclas estampar con las yemas de sus dedos, cuando el ruido de una puerta abriéndose despejo esa tranquilidad.
-Estoy en casa- la voz de un joven se hizo presento, sin embargo no obtuvo respuesta.
-¿Milo? – inquirió de nuevo y se aproximo hacia la calmada habitación después de haber tumbado la maleta sobre el suelo, sin tocar la puerta se adentro.
-allí estas… ¿Por qué no contestas?
-estaba ocupado- contesto a secas el peliazul
-¿no vas a saludarme?
-hola… - menciono sin ganas, Aiacos sabía perfectamente el por qué del rechazo de Milo hacia él.
-pues me fue bien, gracias por preguntar, casi pierdo mi maleta pues hubo caos en la estación y un idiota me golpeo en la cara, al tratar de bajar una caja de un anaquel mientras yo compraba unas cosas y como disculpa me dio un cupón – burlón se acerco al chico.
-no es exactamente un día en parís – cambiando su tono de voz, aun si mirarlo.
-¿no vas a verme?
-ya sé cómo eres…
- ¿así?
-cabello negro azulado igual que tus ojos, piel tenuemente morena- es interrumpido, pues una mano se poso sobre su cabeza
-olvidaste el lunar de mi trasero…- rio – ¿Qué sucede?
- a si… lo olvide…nada que te importe ahora si me disculpas tengo cosas que hacer…
-bien, entonces te preparare algo mientras terminas y después me digas que tal la preparatoria y como te ha ido – acaricia su cabello, para después salir de la habitación, Milo suspira y mira hacia la puerta
-aunque te veo más alto…- susurró, para continuar en lo que estaba, bajando música.
*si te hubiera importado como estaba la escuela, o que me sucede o ¡cómo diablos estoy! Me hubieses hablado a mi…* - pensó melancólicamente, mas tarde se escucho el sonido del timbre y se percibió el aroma a pizza.
Entra Aiacos a la habitación con la pizza en manos, para ponerla sobre el escritorio
-¿cuántas rebanadas quieres?
-lárgate estoy ocupado…
-¿bajando música, chateando? ¡Por Zeus Milo! crees que soy idiota…
-cuando aprendiste a leer las mentes… - Aiacos se molesta y le quita la computadora
-¡ey!
-¡¿qué diablos te sucede?! Trato de congraciarme, de ser amable, pero a ti te importa un carajo
-igual que a ti…
-¿eh? – Milo se pone de pie
-si de verdad te importara… - se muerde los labios y sus ojos se llenan de lágrimas
-¿estás bien? – se acerca a él y toma delicadamente su brazo
-¡suéltame!!! ¡Si de verdad te importara no te hubieras largado! ¡Hubieses hablado conmigo más seguido! ¡Antes de irte hubiésemos pasado más tiempo juntos! ¡No hubieras actuado como el hombre! ¡Hubieses regresado por mí!
-Milo tranquilízate… por favor estás diciendo incoherencias…
-pues sabes que ¡Ya no me importas! Ni tú, ni lo que pase contigo, ni tu carrera ¡¡NI NADA!! – comienza a soltarle golpes en el pecho, los cuales Aiacos detiene al sostener sus muñecas.
-¡cálmate! Por favor… - Milo siente que este le golpeara o algo por el estilo por lo que cierra sus ojos, pero en vez de eso Aiacos lo abraza tiernamente, por lo que Milo se da por vencido y se deja caer en su pecho…
-si… tan solo…- su pecho temblaba por los espasmos producidos.
-perdóname Milo… no me di cuenta de nada… es solo que las cosas se me fueron de las manos, no pude volver antes porque reprobé un año de la preparatoria, no hable contigo porque mama siempre decía que estabas estudiando, ¡porque siempre te negaste! Tenía que trabajar para mantenerme y… en serio lo siento…
*Ahora que recuerdo, durante tiempo mi enojo era tan grande al igual que mi tristeza que cuando Aiacos llamaba siempre me negaba, después se hizo algo tan habitual que el dejo de preguntar por mi* ¨* que egoísta soy¨*
-Milo… - susurro, sin embargo este se mantenía escondido en la camisa de Aiacos, ocultando su mirada, sus lágrimas y su sonrojo. –lo siento Milo…
-no… el egoísta soy yo…todo lo que dije es mentira ¡claro que me importas! – Descubre su rostro – ¡todo lo que tenga que ver contigo me importa y me lástima! ¡Es por ello que estudiare psicología también, para que tú y yo estemos juntos! Y así estar a tu altura y pueda… estar contigo y que a ti te guste… - Aiacos miro a su hermano y sonrió era aun tan pequeño y tan frágil y seguía siendo un bobo y por ello lo amaba tanto, por lo que lo abrazo y con su mano acaricio su cabellera tan larga y azul.
-te amo Milo… te amo porque eres mi hermanito y siempre te amare no importa lo que pase, lo que hagas o lo que digas, siempre lo hare y eso nadie lo cambiara. – se mantuvieron abrazados unos instantes para después sentarse sobre la cama y hablar todo lo que no hablaron en esos 5 años.
-y si quieres podremos pasar más tiempo para compensarlo, juguemos a algo – y le da un arroja un cojín,
-idiota – ríe y responde con otro, la casa que en un tiempo se escucho vacía y neutra se encontraba ahora inundada de risas, ente un forcejeo y otro Milo quedo encima de Aiacos.
-ey por que te enojas solo estamos jugando – sonríe- *jugando* -piensa ¨*juguemos a amarnos* - Milo se aproxima a la boca de Aiacos y lo besa con ternura mezclada con pasión, su hermano quien a principio se quedo atónito, continuo el beso con mayor presión y lujuria.
Los besos comenzaron a descender por el cuello de Milo, mientras este cerraba sus ojos y jadeaba por lo bajo, Aiacos se posiciono ahora sobre Milo y comenzó a desabrochar su chaqueta y se hallo con su piel moreno y suave, la cual con cuidado delineo con su mano para después descender con su tiernos besos sobre este.
-ah! – gimió con nervios Milo, mientras su rostro se sonrojaba mas y su cuerpo era rodeado por escalofríos, Aiacos comenzó a lamer uno de los pezones de Milo hasta dejarlo erecto.
-¡Ahh! ¡Ahh! – gemía por lo bajo sin embargo Aiacos se apresuro a desabotonar su ropa y prosiguió a despojar por completo la de Milo, una vez que ambos se encontraron completamente desnudos, se besaron con la pasión y lujuria desenfrenada, a la vez que lamian y tocaban el cuerpo del otro. Mientras Aiacos besaba el cuello de Milo, este aprovecho su descuido y tomo con su mano el miembro de su hermano.
-¡ahh! – gimió dando un respingo, por lo que Milo sonrió. –M…Milo
-¿qué sucede? ¿No te gusta? – comenzó a moverlo con rapidez de arriba abajo, mientras Aiacos se retorcía y gemía en su oído, Milo bajaba el prepucio de este, con rapidez a la vez que con la yema de su dedo movía la punta, estirando en sus dedos el liquido pre-semenal.
-me…me voy a correr espera…
-no no puedes…
-¿eh? A que… ahh te refieres… - Milo continúo con su maniobra que parecía don de los dioses, hasta que Aiacos no pudo y se corrió en un gemido altamente vergonzoso sobre las manos de Milo.
-ríe- gimes como nena.
-ca…cállate -respiraba agitado
- aun así te dije que no, así que – señala hacia abajo con su dedo, Aiacos voltea y está apuntando hacia su miembro, sonríe aun así lo duda, pero se inclina y apreso con sus labios el palpitante miembro de Milo.
-¡ahh! Comenzó a gemir desmesuradamente, Aiacos chupaba, lamia y succionaba como si de eso dependiera su vida.
-Aiacos…- Milo perdía el control de sus propios movimientos, pues comenzó a mover su cadera para que la boca de Aiacos profundizara, después de minutos Milo se vino en la boca de Aiacos. Ambos respiraban agitados, perlados de sudor se miraron y besaron descontroladamente, pero ahora venia una importante decisión, Milo metió un dedo en la entrada de Aiacos.
-ahhh!! Que…demonios!! – ahh! – se quejaba Aiacos, mientras un Milo curioso experimentaba con su entrada
-q…que te suce..ahh! y…yo no… - Aiacos logro quitarse de encima a Milo y se puso sobre el.
-olvídalo yo no lo seré…
-pues… - refutaría eso pero ver la expresión quizá de miedo en Aiacos le pareció tan graciosa-
-de acuerdo – sonrió a lo que Aiacos se sorprendió, pero volvió a besarlo con pasión e introdujo un dedo en la entrada de Milo.
-quieres omitir eso…
-¿eh?
-como eh, que se supone que haces en la universidad
-¡estudiar idiota!
-entonces si eres un nerd, dioses
-no me digas que tu ya…
-sí, ¿tú no? Se supone que eres el mayor
-0///0 c…claro – ríe nervioso- para sostener la cadera de Milo y besarlo de nuevo para introducir su inhiesto pedazo.
-ahH! –gimieron a la par, para comenzar un bombeo lento y pausado en lo que (Aiacos= perdón “Milo”=) se acostumbraba, para seguido comenzar un vaivén frenético, mientras sus gemidos se acompasaban y se hacían uno solo.
-t…te amo Milo…
-Aiacos…
Después de unos minutos de placer descontrolado Aiacos se vino dentro de su adorado hermano (xD) en un gemido gutural, mientras que segundos después Milo se corrió ensuciando el abdomen de ambos.
-ahh
-ahh – respirando agitados, se miraron por unos instantes para volver a besarse y quedar abrazados para dormitar un rato, pues solo había una oportunidad para amarse y un fin de semana no dura toda la eternidad.
¿Que si me eh enamorado de mi hermano? Sí, pero lo eh amado toda mi vida, ¿Qué si me arrepentiré? Aun no lo sé, pero mientras lo descubro, seguiremos jugando a amarnos…
...........
Los años pasan demasiado rápido, en un pestañeo se te puede ir la vida sin notarlo, pero cuando despiertas de ese letargo te das cuenta de que han pasado cosas sin percibirlo…será que puedes excusarte por ello… puedes excusarte por cosas que haces y decir –no lo sabía, paso demasiado rápido. Esa es tu perdición, pues ocurren cosas de las que puedes arrepentirte, pero ya es demasiado tarde, puedes perder algo valioso, puedes herir con tus palabras a alguien especial, puedes cometer locuras, puedes…enamorarte de tu propio hermano.
Cuando tenía 12 años, Aiacos mi hermano se fue mudo a los dormitorios de la Preparatoria colectiva de Grecia, en este tiempo me dolió demasiado el que el partiera, pero ¿Qué podía hacer yo? Con el paso del tiempo el no verlo se hizo algo habitual, al pasar 4 años el ingreso a la Universidad de Servicio social, hablaba a menudo con mamá los fines de semana, pero ¿preguntaba por mí? Solo por mera obligación, cuando llevaba un año en la universidad, cambio su carrera a psicología, después de eso mis padres saldrían de paseo el fin de semana y yo fingí tener demasiada tarea para zafarme del “viajecito” y ese entonces mi “martirio” comenzó pues mi hermano regreso…
---.
Se halla un chico de cabellera azul sobre su cama con una computadora en las piernas y el reflejo de la luz de esta le destellaba en el rostro, la calma se distinguía pues solo se escuchaba el sonido de las teclas estampar con las yemas de sus dedos, cuando el ruido de una puerta abriéndose despejo esa tranquilidad.
-Estoy en casa- la voz de un joven se hizo presento, sin embargo no obtuvo respuesta.
-¿Milo? – inquirió de nuevo y se aproximo hacia la calmada habitación después de haber tumbado la maleta sobre el suelo, sin tocar la puerta se adentro.
-allí estas… ¿Por qué no contestas?
-estaba ocupado- contesto a secas el peliazul
-¿no vas a saludarme?
-hola… - menciono sin ganas, Aiacos sabía perfectamente el por qué del rechazo de Milo hacia él.
-pues me fue bien, gracias por preguntar, casi pierdo mi maleta pues hubo caos en la estación y un idiota me golpeo en la cara, al tratar de bajar una caja de un anaquel mientras yo compraba unas cosas y como disculpa me dio un cupón – burlón se acerco al chico.
-no es exactamente un día en parís – cambiando su tono de voz, aun si mirarlo.
-¿no vas a verme?
-ya sé cómo eres…
- ¿así?
-cabello negro azulado igual que tus ojos, piel tenuemente morena- es interrumpido, pues una mano se poso sobre su cabeza
-olvidaste el lunar de mi trasero…- rio – ¿Qué sucede?
- a si… lo olvide…nada que te importe ahora si me disculpas tengo cosas que hacer…
-bien, entonces te preparare algo mientras terminas y después me digas que tal la preparatoria y como te ha ido – acaricia su cabello, para después salir de la habitación, Milo suspira y mira hacia la puerta
-aunque te veo más alto…- susurró, para continuar en lo que estaba, bajando música.
*si te hubiera importado como estaba la escuela, o que me sucede o ¡cómo diablos estoy! Me hubieses hablado a mi…* - pensó melancólicamente, mas tarde se escucho el sonido del timbre y se percibió el aroma a pizza.
Entra Aiacos a la habitación con la pizza en manos, para ponerla sobre el escritorio
-¿cuántas rebanadas quieres?
-lárgate estoy ocupado…
-¿bajando música, chateando? ¡Por Zeus Milo! crees que soy idiota…
-cuando aprendiste a leer las mentes… - Aiacos se molesta y le quita la computadora
-¡ey!
-¡¿qué diablos te sucede?! Trato de congraciarme, de ser amable, pero a ti te importa un carajo
-igual que a ti…
-¿eh? – Milo se pone de pie
-si de verdad te importara… - se muerde los labios y sus ojos se llenan de lágrimas
-¿estás bien? – se acerca a él y toma delicadamente su brazo
-¡suéltame!!! ¡Si de verdad te importara no te hubieras largado! ¡Hubieses hablado conmigo más seguido! ¡Antes de irte hubiésemos pasado más tiempo juntos! ¡No hubieras actuado como el hombre! ¡Hubieses regresado por mí!
-Milo tranquilízate… por favor estás diciendo incoherencias…
-pues sabes que ¡Ya no me importas! Ni tú, ni lo que pase contigo, ni tu carrera ¡¡NI NADA!! – comienza a soltarle golpes en el pecho, los cuales Aiacos detiene al sostener sus muñecas.
-¡cálmate! Por favor… - Milo siente que este le golpeara o algo por el estilo por lo que cierra sus ojos, pero en vez de eso Aiacos lo abraza tiernamente, por lo que Milo se da por vencido y se deja caer en su pecho…
-si… tan solo…- su pecho temblaba por los espasmos producidos.
-perdóname Milo… no me di cuenta de nada… es solo que las cosas se me fueron de las manos, no pude volver antes porque reprobé un año de la preparatoria, no hable contigo porque mama siempre decía que estabas estudiando, ¡porque siempre te negaste! Tenía que trabajar para mantenerme y… en serio lo siento…
*Ahora que recuerdo, durante tiempo mi enojo era tan grande al igual que mi tristeza que cuando Aiacos llamaba siempre me negaba, después se hizo algo tan habitual que el dejo de preguntar por mi* ¨* que egoísta soy¨*
-Milo… - susurro, sin embargo este se mantenía escondido en la camisa de Aiacos, ocultando su mirada, sus lágrimas y su sonrojo. –lo siento Milo…
-no… el egoísta soy yo…todo lo que dije es mentira ¡claro que me importas! – Descubre su rostro – ¡todo lo que tenga que ver contigo me importa y me lástima! ¡Es por ello que estudiare psicología también, para que tú y yo estemos juntos! Y así estar a tu altura y pueda… estar contigo y que a ti te guste… - Aiacos miro a su hermano y sonrió era aun tan pequeño y tan frágil y seguía siendo un bobo y por ello lo amaba tanto, por lo que lo abrazo y con su mano acaricio su cabellera tan larga y azul.
-te amo Milo… te amo porque eres mi hermanito y siempre te amare no importa lo que pase, lo que hagas o lo que digas, siempre lo hare y eso nadie lo cambiara. – se mantuvieron abrazados unos instantes para después sentarse sobre la cama y hablar todo lo que no hablaron en esos 5 años.
-y si quieres podremos pasar más tiempo para compensarlo, juguemos a algo – y le da un arroja un cojín,
-idiota – ríe y responde con otro, la casa que en un tiempo se escucho vacía y neutra se encontraba ahora inundada de risas, ente un forcejeo y otro Milo quedo encima de Aiacos.
-ey por que te enojas solo estamos jugando – sonríe- *jugando* -piensa ¨*juguemos a amarnos* - Milo se aproxima a la boca de Aiacos y lo besa con ternura mezclada con pasión, su hermano quien a principio se quedo atónito, continuo el beso con mayor presión y lujuria.
Los besos comenzaron a descender por el cuello de Milo, mientras este cerraba sus ojos y jadeaba por lo bajo, Aiacos se posiciono ahora sobre Milo y comenzó a desabrochar su chaqueta y se hallo con su piel moreno y suave, la cual con cuidado delineo con su mano para después descender con su tiernos besos sobre este.
-ah! – gimió con nervios Milo, mientras su rostro se sonrojaba mas y su cuerpo era rodeado por escalofríos, Aiacos comenzó a lamer uno de los pezones de Milo hasta dejarlo erecto.
-¡Ahh! ¡Ahh! – gemía por lo bajo sin embargo Aiacos se apresuro a desabotonar su ropa y prosiguió a despojar por completo la de Milo, una vez que ambos se encontraron completamente desnudos, se besaron con la pasión y lujuria desenfrenada, a la vez que lamian y tocaban el cuerpo del otro. Mientras Aiacos besaba el cuello de Milo, este aprovecho su descuido y tomo con su mano el miembro de su hermano.
-¡ahh! – gimió dando un respingo, por lo que Milo sonrió. –M…Milo
-¿qué sucede? ¿No te gusta? – comenzó a moverlo con rapidez de arriba abajo, mientras Aiacos se retorcía y gemía en su oído, Milo bajaba el prepucio de este, con rapidez a la vez que con la yema de su dedo movía la punta, estirando en sus dedos el liquido pre-semenal.
-me…me voy a correr espera…
-no no puedes…
-¿eh? A que… ahh te refieres… - Milo continúo con su maniobra que parecía don de los dioses, hasta que Aiacos no pudo y se corrió en un gemido altamente vergonzoso sobre las manos de Milo.
-ríe- gimes como nena.
-ca…cállate -respiraba agitado
- aun así te dije que no, así que – señala hacia abajo con su dedo, Aiacos voltea y está apuntando hacia su miembro, sonríe aun así lo duda, pero se inclina y apreso con sus labios el palpitante miembro de Milo.
-¡ahh! Comenzó a gemir desmesuradamente, Aiacos chupaba, lamia y succionaba como si de eso dependiera su vida.
-Aiacos…- Milo perdía el control de sus propios movimientos, pues comenzó a mover su cadera para que la boca de Aiacos profundizara, después de minutos Milo se vino en la boca de Aiacos. Ambos respiraban agitados, perlados de sudor se miraron y besaron descontroladamente, pero ahora venia una importante decisión, Milo metió un dedo en la entrada de Aiacos.
-ahhh!! Que…demonios!! – ahh! – se quejaba Aiacos, mientras un Milo curioso experimentaba con su entrada
-q…que te suce..ahh! y…yo no… - Aiacos logro quitarse de encima a Milo y se puso sobre el.
-olvídalo yo no lo seré…
-pues… - refutaría eso pero ver la expresión quizá de miedo en Aiacos le pareció tan graciosa-
-de acuerdo – sonrió a lo que Aiacos se sorprendió, pero volvió a besarlo con pasión e introdujo un dedo en la entrada de Milo.
-quieres omitir eso…
-¿eh?
-como eh, que se supone que haces en la universidad
-¡estudiar idiota!
-entonces si eres un nerd, dioses
-no me digas que tu ya…
-sí, ¿tú no? Se supone que eres el mayor
-0///0 c…claro – ríe nervioso- para sostener la cadera de Milo y besarlo de nuevo para introducir su inhiesto pedazo.
-ahH! –gimieron a la par, para comenzar un bombeo lento y pausado en lo que (Aiacos= perdón “Milo”=) se acostumbraba, para seguido comenzar un vaivén frenético, mientras sus gemidos se acompasaban y se hacían uno solo.
-t…te amo Milo…
-Aiacos…
Después de unos minutos de placer descontrolado Aiacos se vino dentro de su adorado hermano (xD) en un gemido gutural, mientras que segundos después Milo se corrió ensuciando el abdomen de ambos.
-ahh
-ahh – respirando agitados, se miraron por unos instantes para volver a besarse y quedar abrazados para dormitar un rato, pues solo había una oportunidad para amarse y un fin de semana no dura toda la eternidad.
¿Que si me eh enamorado de mi hermano? Sí, pero lo eh amado toda mi vida, ¿Qué si me arrepentiré? Aun no lo sé, pero mientras lo descubro, seguiremos jugando a amarnos…
Comentarios
Publicar un comentario